El papa Francisco dijo: “Nunca vi un camión de mudanza detrás de un cortejo fúnebre”. Al marcharnos nos vamos tal como venimos, despojados de bienes y accesorios. Alguien dijo que la acechanza de la muerte define la grandeza del ser humano, porque sabemos que tenemos un plazo corto para trascender. Tiempo y vida son conceptualmente lo mismo.
Se agota la vida, expira la parcela de tiempo asignado a cada persona para dejar un legado valioso. El tiempo es la variable que nos separa de la muerte, no hay que malgastarlo viviendo la vida de alguien más y el recurso que debemos optimizar para trabajar el ser, no solo el hecho de acumular bienes materiales.
La vida es fugaz, no hay que dilapidarla alimentando pensamientos y acciones perniciosas. Hay que vivir con intensidad minuto a minuto, persiguiendo nobles ideales. Malgastar el tiempo, es estropear el futuro. No se puede elegir como morir, pero si como vivir. En este mundo vertiginoso, hay que defender la alegría y la diversión como trincheras.
La gran tragedia en la existencia no es extinguirse, es perecer en vida, es dejar que se evaporen los sueños, la fe, el amor, es sucumbir ante la desidia, el desánimo, perdernos en el ocio vil. Hay quienes mueren en vida, porque deciden apagar su sol interior, eligen morir por dentro.
Hay quienes no le temen a la muerte, porque consideran que han estado muertos millones de años antes de nacer. Cada día nos da un crédito de veinticuatro horas, que hay que saberlo invertir para hacer de la existencia una empresa fructífera y benéfica.
No había nacido cuando se suicidaron las actrices Miroslava Stern, Marilyn Monroe, Lupe Vélez o Pina Pellicer, pero vivieron lo suficiente para inmortalizarse, dejando impreso en el celuloide sus rostros angelicales, sus talentos escénicos y muchos años después de su extinción física continúan enamorando con sus personalidades magnéticas a los amantes del séptimo arte.
Ciertamente, los titulares de la prensa internacional destacaron el cruel homicidio de María José Alvarado, Miss Honduras 2014 que fue asesinada a la edad de 19 años, junto a su hermana, el 13 de noviembre de ese año, un par de semanas antes de la realización del magno evento. Y la defunción de Yumara López, Miss Nicaragua, que sí recorrió las pasarelas londinenses, pero falleció el 20 de junio de 2016, a la edad de 22 años, víctima de un cáncer cerebral.
Hay que hacer una bella obra de arte de todas las desgracias, las vergüenzas, las humillaciones, fracasos, porque la vida es un cuadro lleno de colores y matices. Como reza aquel pensamiento anónimo: “Cuando naciste todos reían y tú llorabas. Vive de tal forma que cuando te mueras, todos lloren y tú te rías”.