Uno de los fundadores del Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), miembro del FMLN, en los años 70, del que fue su primer Secretario General. Hablaba francés e inglés. Nació en San Salvador 10 de marzo de 1921 y falleció el 4 de noviembre de 2012.
Tuvo una preparación privilegiada: se graduó de Médico en la UES en 1947, fue director de médicos residentes del Hospital Rosales de 1948 a 1949, realizó estudios de Fisiología en la Universidad Cantonal de Ginebra de 1949 a 1951 y luego en las Universidades de Cornell en Nueva York y Pensilvania en Filadelfia, enfocándose en el área de Fisiología.
SU ASCENDENCIA Y DESCENDENCIA
Era un intelectual comprometido con la ciencia, la educación, la política y las causas justas, inclinación que heredó de sus ilustres ancestros. De noble abolengo por ambas vías: fue hijo de Manuel Castillo Portal, un diplomático salvadoreño en París, durante su infancia vivió en la “Ciudad Luz”; y de María Luisa Figueroa, hija del general Fernando Figueroa, presidente de la República período 1907-2011.
SU ASCENDENCIA Y DESCENDENCIA
Era un intelectual comprometido con la ciencia, la educación, la política y las causas justas, inclinación que heredó de sus ilustres ancestros. De noble abolengo por ambas vías: fue hijo de Manuel Castillo Portal, un diplomático salvadoreño en París, durante su infancia vivió en la “Ciudad Luz”; y de María Luisa Figueroa, hija del general Fernando Figueroa, presidente de la República período 1907-2011.
Por el lado paterno fue nieto de Fabio Castillo (1839- 1879), reconocido jurisconsulto, Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Ministro de Educación, decano y fundador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de El Salvador. Su madre fungió como Primera Dama, porque su abuelo el General Fernando Figueroa era viudo cuando ejerció su mandato.
Su hijo, el doctor Manuel Federico Castillo, fundador de la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT), las Ligas para la Liberación (LL) que era una organización política de masas y el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos
(PRTC), murió en Nicaragua el 20 de julio de 1979 en accidente de tránsito cuando venía del frente sur a celebrar el triunfo de la revolución sandinista. Su cuerpo fue traído a El Salvador por su familia.
SU PASO POR EL ISDEH
Cuanto estuvo de Director del Instituto Salvadoreño de Derechos Humanos de la PDDH (ISDEH), lo vi emprender una administración participativa, y un trabajo ordenado basado en la planificación, buscando orientar la educación hacia objetivos estratégicos, definidos con base en prioridades.
Le daba mucha preponderancia a la planificación y a la elaboración de documentos de apoyo que sustentaran los planes. Para emprender, este proceso invitó a varias personalidades como Florentín Meléndez, Álvaro Menéndez Leal, Aracely Zamora, Margarita Velado, Vladimiro P.Villalta, para que dieran insumos sobre lo que debería ser el trabajo educativo en derechos humanos.
Cuanto estuvo de Director del Instituto Salvadoreño de Derechos Humanos de la PDDH (ISDEH), lo vi emprender una administración participativa, y un trabajo ordenado basado en la planificación, buscando orientar la educación hacia objetivos estratégicos, definidos con base en prioridades.
Le daba mucha preponderancia a la planificación y a la elaboración de documentos de apoyo que sustentaran los planes. Para emprender, este proceso invitó a varias personalidades como Florentín Meléndez, Álvaro Menéndez Leal, Aracely Zamora, Margarita Velado, Vladimiro P.Villalta, para que dieran insumos sobre lo que debería ser el trabajo educativo en derechos humanos.
Cuando el doctor Florentín Meléndez explicó su visión de la educación en derechos humanos, habló de promover una cultura jurídica popular, y de divulgar la Constitución y tratados internacionales en la materia a través de publicaciones de bolsillo. En una parte de su exposición se refirió a la libertad de expresión y de prensa, entonces el doctor Castillo pidió la palabra y preguntó: “¿A qué libertad nos referimos a la libertad de expresión o la libertad de los dueños de los medios de comunicación de decir lo que quieran?”
No obstante todo el prestigio que rodeaba su nombre, él tenía una firma muy sencilla y nunca se ponía doctor, ni menos las maestrías
que pudo haber ostentado. Implementaba sistemas de administración participativa y delegaba bastante autoridad para que grupos o comités tomaran decisiones. Por lo que recuerdo para él los derechos del trabajador siempre fueron prioridad. Le desagradaba que la biblioteca del ISDEH se llamara en esa época David Escobar Galindo.
que pudo haber ostentado. Implementaba sistemas de administración participativa y delegaba bastante autoridad para que grupos o comités tomaran decisiones. Por lo que recuerdo para él los derechos del trabajador siempre fueron prioridad. Le desagradaba que la biblioteca del ISDEH se llamara en esa época David Escobar Galindo.
Se preocupaba mucho por la calidad de la educación. En el período que estuve en el ISDEH, fue el único Director que procuró combinar la investigación con la enseñanza, encomendándole a cada educador la realización de trabajos de investigación, enfatizando que ambas áreas se nutrían recíprocamente. Además, hizo que cada educador impartiera un tema frente a él y al equipo, para hacerle observaciones y sugerencias sobre los aspectos que debería mejorar.
"Zona de Paz Local: un río que busca su cauce”, publicado en octubre de 1997.
El doctor Castillo, se preocupaba mucho por el tema de la educación sexual. Decía que uno de los grandes problemas del país, es que nacen más hijos que lo que se pueden sostener, y muchos son hijos de madres adolescentes que no los pueden criar. El sostenía que debía intensificarse y mejorarse la educación sexual. Consideraba que a menor educación era más precoz el inicio de la vida sexual.
Tuvo fuertes desacuerdos con el entonces Secretario General de la PDDH, José David Grimaldi Villagrán, por la falta de apoyo a su gestión. Una vez viniendo por la Alameda Roosevelt, pasando por la calle Darío se desvió a al Diario Oficial, para comprar un ejemplar de la Ley General de Presupuesto y así analizar el presupuesto de la PDDH. Y se llevó la sorpresa que la institución contaba con una partida de doscientos mil colones para educación que era manejada por otras dependencias. Su encono radicaba en que siendo el ISDEH el encargado de dirigir y ejecutar los programas educativos, no se justificaba que otras oficinas de la institución utilizaran ese dinero.
CONVERSACIONES CON FABIO
En aquella época escribí dos ensayos: uno denominado “La seguridad pública. Deberes y Derechos” y la “Crisis Penitenciaria y el apoyo social a la población reclusa”. El doctor Fabio Castillo me llamó para reconocer mi trabajo de investigación y recuerdo que consultaba los Tratados internacionales y leía los artículos que yo citaba en los ensayos.
En sus conversaciones se quejaba de la hostilidad que vivió en sus períodos de Rector de la Universidad, relataba que había enviado un equipo para auditar una facultad, y no habían cumplido su cometido, porque los habían amenazado. También que presentaba propuestas o proyectos a los decanos y no solo no apoyaban sus iniciativas, sino que ni siquiera se tomaban el trabajo de contestarle. Cuando el propuso la construcción de residencias estudiantiles, ridiculizaron su propuesta, diciendo que hospedajes quería introducir en el campus.
Acusado de pretender privatizar la universidad, narraba con desencanto las protestas que precedieron a la expiración de su segundo período como Rector, pero se resignaba evocando que a otros rectores les había ido peor, para el caso: a Napoleón Rodríguez Ruiz lo vapulearon efectivos del ejército que invadieron esa casa de estudios el 2 de septiembre de 1960, Carlos Alfaro Castillo y Felix Ulloa, fueron asesinados en su orden los días 16 de septiembre de 1977 y 28 de octubre de 1980.
Rememoraba que había conocido a José Napoleón Duarte, expresidente de la República, en el Liceo Salvadoreño siendo un niño, aunque Fabio era cinco años mayor, curiosamente ambos fueron guiados por el hermano marista Anacleto. Tenía el recuerdo de Duarte como un niño hiperactivo y algo alocado. Deploraba mucho que Napoleón Duarte había dicho en una conferencia que tuvo difusión nacional en Estados Unidos que la violencia era innata al pueblo salvadoreño, dando a entender erróneamente a su juicio que eramos violentos por naturaleza.
Contaba que había sido amigo del Presidente, coronel Julio Adalberto Rivera, de quien decía que tenía sentido político y común, que se parecen pero no son lo mismo. Sospechaba que pudo haber mano criminal en la muerte del expresidente que oficialmente se manejó como un ataque cardíaco.
Platicando sobre Guillermo Manuel Ungo, quien fue Secretario Particular cuando fue Rector de la Universidad la primera vez, advierto que no tenía un buen concepto de éste. Relataba que 1964 viajó a la Unión Soviética para suscribir un convenio la Universidad Lomonosov de la Unión Soviética, que le permitiera traer profesores rusos al país. Ungo lo acompaño en ese viaje pero se desesperó y se vino de Rusia antes de concluir el itinerario en aquel país.
Solía reunirse semanalmente en la PDDH en un Comité de Alto Nivel (CAN) que era integrado por altos funcionarios de la institución, presidido por la entonces Procuradora, Victoria Marina Velásquez de Avilés, y en esos encuentros Fabio a veces percibía a la doctora de Avilés muy lastimada por críticas o caricaturas que se publicaban sobre ella. Y reparaba que en los altos cargos había que estar acostumbrado a recibir ataques, porque estos eran el pan de cada día.
Llevó a trabajar unos cuantos meses al ISDEH a su discípulo y amigo Victor Manuel Valle, poco tiempo antes que éste fuera nombrado Inspector General de la PNC, durante el mandato del presidente Calderón Sol y decía que con jóvenes brillantes como Valle había emprendido la reforma educativa en la UES en su primer rectorado, respetando sus opiniones y dándoles autonomía para tomar decisiones. Valle nos regaló a los educadores varios tomos de su libro “Siembra de Vientos: El Salvador 1960-1969”.
Comentaba que se había retirado del servicio activo de la medicina, porque los galenos eran sometidos a jornadas de trabajo sumamente prolongadas que hacía que somnolientos tuvieran que estar atendiendo pacientes, lo que provocó que no estuviera muy consciente en ocasiones de la atención que estaba brindando, siendo un riesgo ejercer la medicina en esas condiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario