Una de las grandes ironías de la vida es el fulminante fin de Facundo Cabral, poeta humanista, trovador errante, filosofo autodidacta, precursor de las canciones de auto ayuda, embajador de la Paz de la UNESCO, a manos de estructuras del crimen organizado centroamericano en junio del 2011 en la ciudad de Guatemala. Por una coincidencia cruel del destino su cuerpo inerte fue asistido por bomberos, servidores que dieron título a una de sus temas más emblemáticos: “Yo quiero ser bombero”.
Cómo pudo morir entre sangre y violencia, alguien que fue un portavoz de la paz y la concordia. Cómo pudo pasar así al parnaso de grandes latinoamericanos, un cantor y contador de historias que tantos augurios había hecho de la muerte y que incluso llegó a decir de manera premonitoria: “Algunos no tienen la muerte que merecen; y otros no merecen la muerte que tuvieron.”
Una muerte que para dolernos más, ocurrió en una patria hermana: Guatemala, la madre tierra que vio nacer al novelista Miguel Angel Asturias, Premio Nobel de Literatura 1967, al cuentista Augusto Monterroso, Premio Príncipe de Asturias de Literatura 2000 y al cantautor Ricardo Arjona, que ha vendido más de treinta millones de discos a lo largo de su carrera y llena estadios a placer en Latinoamérica.
Comenzamos con la muerte, para relatar la vida. Cabral era la filosofía pura envuelta en melodía, un contador de historias que extraía sabiduría pura y hondas y reveladoras reflexiones de la cotidianidad. Solo un cantor que se forjó en la fragua del sufrimiento desde la más temprana infancia, que había pasado por la orfandad, un reformatorio de menores, el analfabetismo, que sufrió el escarnio de la dictadura militar y el viacrucis del exilio, podía hacernos pensar y sentir tan alto, con humor, sarcasmo y bellas melodías.
Sin duda ese espíritu errante voló más alto, cuando proceso una pérdida irreparable de su esposa Barbara e hija en un accidente aéreo en 1978 pero igual siguió adelante y reaccionó diciendo .....Levantate y Anda”
Por su estilo errante, y su forma desprendida y desapegada de ser, reacio a los compromisos que oprimen al ser humano y por manejar sus presentaciones de manera espontánea, sin formatos rígidos, fue llamado "Esclavo de la libertad", al punto que llego a expresar: "Ni siquiera el amor es tan honorable, para perder en su nombre a la honorable libertad". También dijo: "El amor es vida, expansión, no compromiso, ni deber, ni obligación, sino celebración y toda celebración libera. Por eso es imposible que haya amor sin libertad".
Comenzamos con la muerte, para relatar la vida. Cabral era la filosofía pura envuelta en melodía, un contador de historias que extraía sabiduría pura y hondas y reveladoras reflexiones de la cotidianidad. Solo un cantor que se forjó en la fragua del sufrimiento desde la más temprana infancia, que había pasado por la orfandad, un reformatorio de menores, el analfabetismo, que sufrió el escarnio de la dictadura militar y el viacrucis del exilio, podía hacernos pensar y sentir tan alto, con humor, sarcasmo y bellas melodías.
Sin duda ese espíritu errante voló más alto, cuando proceso una pérdida irreparable de su esposa Barbara e hija en un accidente aéreo en 1978 pero igual siguió adelante y reaccionó diciendo .....Levantate y Anda”
Por su estilo errante, y su forma desprendida y desapegada de ser, reacio a los compromisos que oprimen al ser humano y por manejar sus presentaciones de manera espontánea, sin formatos rígidos, fue llamado "Esclavo de la libertad", al punto que llego a expresar: "Ni siquiera el amor es tan honorable, para perder en su nombre a la honorable libertad". También dijo: "El amor es vida, expansión, no compromiso, ni deber, ni obligación, sino celebración y toda celebración libera. Por eso es imposible que haya amor sin libertad".
El dolor, la tragedia, las privaciones le permitieron enseñarnos a valorar con los cinco sentidos este milagro llamado vida. Facundo cita en una de sus mejores entrevistas una frase contenida en El Principito: "Lo esencial es invisible a los ojos, lo que no se ve es lo importante. Por lo que no se ve sucede lo que vemos".
He escuchado mensajes de Cabral en YouTube y rescato una de sus frases: ”Si no tienes la solución eres parte de lo que criticas”. En efecto, la crisis de cualquier país demanda critica constructiva, señalar lo bueno, lo malo y hacer una propuesta. La critica negativa es parte del problema. Las criticas insanas, oportunistas, perversas, sesgadas, que buscan sacar raja política, distorsionan la realidad, nublan el panorama y empañan la visión que se requiere para resolver la crisis.
Hay frases de Cabral que de manera descarnada, desnudan crudas realidades: “Le tengo miedo a los pendejos porque son muchos y pueden elegir al presidente”. Ciertamente, la ignorancia es la gran verdugo de nuestros pueblos en nuestras incipientes democracias, ya que en resumidas cuentas los pueblos tienen los políticos que merecen.
Cabral también dijo:"Mi hermano fue comunista hasta que el capitalismo le dio una oportunidad", otra frase que desnuda la doble moral imperante en sociedades tercermundistas, máxima que evidencia que más allá de las ideologías y caretas políticas, la gente se divide por intereses más que por ideologías.
Dos canciones insignias retratan la identidad artística de Facundo Cabral “No soy aquí ni soy de allá” y “Pobrecito mi patrón”, en ambas se refleja dos rasgos de su inigualable personalidad: su espíritu viajero y su desprendimiento por las cosas materiales, destacando con frases como “Solo lo barato se compra con dinero” y “Ser feliz es mi color de identidad”.
En una interesante entrevista Jaime Bayly (1991), le pregunta a Facundo que opina de los comentarios relativos a que estaba un poco loco, el trovador dice que así también opinaba su madre Sara, quien dijo que su hijo tenía la locura de Moisés que tuvo una intuición y salió con miles de esclavos en busca de la tierra prometida, la locura de Juan el Bautista que con dos amigos insultaba a Herodes que era como insultar sólo al Ejercito de Estados Unidos, sostuvo que ella había cuidado que no se metiera con la aburrida cordura de la sociedad.
Hay frases de Cabral que de manera descarnada, desnudan crudas realidades: “Le tengo miedo a los pendejos porque son muchos y pueden elegir al presidente”. Ciertamente, la ignorancia es la gran verdugo de nuestros pueblos en nuestras incipientes democracias, ya que en resumidas cuentas los pueblos tienen los políticos que merecen.
Cabral también dijo:"Mi hermano fue comunista hasta que el capitalismo le dio una oportunidad", otra frase que desnuda la doble moral imperante en sociedades tercermundistas, máxima que evidencia que más allá de las ideologías y caretas políticas, la gente se divide por intereses más que por ideologías.
Dos canciones insignias retratan la identidad artística de Facundo Cabral “No soy aquí ni soy de allá” y “Pobrecito mi patrón”, en ambas se refleja dos rasgos de su inigualable personalidad: su espíritu viajero y su desprendimiento por las cosas materiales, destacando con frases como “Solo lo barato se compra con dinero” y “Ser feliz es mi color de identidad”.
En una interesante entrevista Jaime Bayly (1991), le pregunta a Facundo que opina de los comentarios relativos a que estaba un poco loco, el trovador dice que así también opinaba su madre Sara, quien dijo que su hijo tenía la locura de Moisés que tuvo una intuición y salió con miles de esclavos en busca de la tierra prometida, la locura de Juan el Bautista que con dos amigos insultaba a Herodes que era como insultar sólo al Ejercito de Estados Unidos, sostuvo que ella había cuidado que no se metiera con la aburrida cordura de la sociedad.
Facundo consideraba al igual que el poeta Walt Whitman que la palabra, la poesía, el canto podían cambiar el mundo y la sociedad. En un recital en Quito el 2004 que se puede apreciar en YouTube, Cabral relataba que después del guitarrista y cantautor Atahualpa Yupanki, él era mejor persona, que era más sensible después de la cantante y compositora Violeta Parra, autora del célebre canto “Gracias a la vida”, porque le afinaba el corazón.
El tiempo avanza y a su paso implacable sepulta la memoria. Pero de algo podemos estar seguros, es que el panteón del olvido no será un lugar para Facundo Cabral, quien como Mercedes Sosa, Violeta Parra, Atahualpa Yupanki (su mentor artístico), Victor Jara, Alberto Córtez, seguirán resonando en las conciencias de las nuevas generaciones, gracias a piezas musicales y literarias que enarbolan el amor sin límites y la solidaridad.
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