sábado, 9 de enero de 2021

LAS MUSAS QUE INSPIRARON ENTRAÑABLES CANCIONES

Por Joaquín Rivera Larios


         
En lo personal me cuesta concebir una creación intelectual (un poema, una canción, una obra literaria, pictórica, fílmica), sin que exista un poderoso resorte que cual fuerza propulsora haga aflorar a la superficie el talento de los artífices, que resulta de una combinación de emoción tamizada por el pensamiento y aderezada por un halo de magia, ingredientes que al aliarse desembocan en una creación prodigiosa.

Cuando son los atributos especiales de una mujer, los que son capaces de generar ese revulsivo creativo, a ese ser le llamamos musa, emulando a las diosas inspiradoras de la poesía que habitaban en el Parnaso griego y cuya paternidad se le atribuía al Dios Zeus.





Y así al repasar en fila a tantos talentos veremos que en sus canciones, para centrarnos en este género del arte, subyacen atributos, vivencias que compartieron, emociones que les reverberaban las musas que los cautivaron.

La vibración que genera en un autor o compositor la admiración y el deseo por una mujer atractiva, ha sido estudiado por Napoleón Hill en su libro “Piense y hágase rico”, cuando aborda la transmutación sexual que es el proceso de reencauzar la energía sexual y transformarla en una fuerza creadora para dar a luz obras literarias, música u otras obras de genio. Y se ha llegado a decir que es justamente en esa transmutación que radica el secreto de la capacidad creadora, pues las ideas brillantes colman la mente del sujeto que es arrastrado por esa potente emoción y se siente dotado de un superpoder de acción.




Ricardo Arjona se pregunta en el tema “El otro lado del sol”, que no sabe cómo hacen los poetas para encontrar sus musas, dejando entrever el deterioro ético, la decadencia moral imperante en sociedad moderna. Pero al margen de los valores inherentes al ser que motiva la obra, en el sujeto creativo se agita un idealismo muy arraigado que hace que le atribuya más cualidades al ser o bien exagere los atributos de la fuente que nutre su inspiración.

Cuesta concebir, un Agustín Lara sin la prodigiosa presencia en su vida de María Félix, la máxima diva del cine mexicano, que le inspiró “María Bonita”, y otros temas; el excepcional talento de José Alfredo Jiménez, que compuso “el Rey”, “Tú y las nubes” sin la poderosa motivación que le inyectara la cantante, Alicia Juárez, su última esposa; las composiciones de John Lennon, líder de The Beatles, la banda inglesa más trascendental de la historia, sin el influjo de la artista japonesa, Yoko Ono, quien le indicó nuevos caminos expresivos.

Además de su talento, Verónica Castro, la cantante, presentadora y actriz mexicana, siempre se ha destacado por su belleza. Desde muy joven fascinó a diversos autores, quienes le dedicaban libros, poemas y canciones. Una de las creaciones más celebres que surgieron inspiradas en su atractivo fue la canción “Verónica” que escribió el compositor Carlos Blanco (también compositor del himno del club de futbol América) y que popularizara el cantante Víctor Yturbe “El Pirulí”, bolerista asesinado en 1987. Se especula que Verónica fue novia de ambos.




El poder evocador y expresivo de la narrativa visual del vídeo “La Incondicional” (1988), tema interpretado por Luis Miguel y fruto de la magistral pluma de Juan Carlos Calderón, me ha hecho pensar que la modelo, Carolina Meléndez, es la musa que inspiró esa entrañable canción. Tal material es una verdadera obra de arte, comparable con una magna producción hollywoodense, a tal punto que fue considerado por el canal VH1 Latinoamérica el mejor vídeo musical en español de los ochenta.


Por cierto Juan Carlos Calderón, compositor de “Eres tú”, “Tómame o déjame” (Mocedades), “Te amaré” (Miguel Bosé), “Miénteme”, “Fría como el viento” (Luis Miguel), “Me amarás” (Ricky Martin) tuvo una fuente de inspiración muy especial: la destacada interprete y autora, Amaya Saizar, vocalista de Trigo Limpio y del grupo Bravo, a quien le dedicó “Quien te cantará”, según lo reveló ésta en una entrevista a una radio argentina. Saizar compuso la deliciosa tonada “Lady, Lady”, con la que representó a España en el Festival Eurovisión en 1984, obteniendo un honroso tercer puesto, tema que fue número uno en Alemania y arrasó en Hispanoamérica.




Un cantautor que ha reconocido que sus temas son autobiográficos es José María Napoleón que compuso a finales de los setenta “Ella se llamaba”, dedicado a su segunda esposa: la mítica Martha Eugenia Ortiz, Miss México 1978 y cuarto lugar en Miss Mundo, quien lo abandonó con un hijo del cantante en su vientre. Este relató que fue un momento de mucha tristeza, en el que su entonces esposa se marchó sin más y de esta historia surgió: “Ella se fue una mañana/y dejo mi casa llena de dolor. /Ella se me dejo llorando/Si olvidar pudiera, si pudiera Dios… Ella se llamaba Martha, / ella se llamaba así…”

En 1975 Camilo Sesto dio a luz “Melina”, composición que tiene una significación muy especial, por el perfil de la mujer homenajeada, por trascender los linderos de lo romántico y el contexto socio político en que surgió. Fue dedicada a Melina Merkiúri, actriz y activista opositora griega que fue despojada de su nacionalidad y exiliada en Francia por la Dictadura de Los Coroneles. La canción surgió cuando Melina, desafiando la represión, logró regresar a Grecia y convertirse en Ministra de Cultura.




El gran legado musical de Joan Sebastián, se le debe en parte a varias musas famosas, entre ellas se cuentan Thalía a quien dedicó “Secreto de amor”, Lucero, a quien compuso “Mi primer amor” y un disco completo titulado “Un lujo”, a Maribel Guardia le dedicó “Envidia”. Joan confesó que a la actriz Kate del Castillo, le escribió varias canciones, prometió que algún día las grabaría y se las daría. Causo revuelo después de su muerte que “Eso y más”, fue una de las canciones que le inspiró Salma Hayek, la única artista mexicana nominada al Oscar como actriz principal por el film “Frida”. 

 Me llama especialmente la atención el poder de atracción que despliega la actriz Kate del Castillo que deslumbro a Joaquín “El Chapo” Guzmán, por su papel de Teresa en “La Reina del Sur” y en su mocedad cautivó a dos ídolos juveniles Luis Miguel, con quien tuvo un romance fugaz y Ricky Martin, quien la invitó a protagonizar en febrero de 1996 el vídeo de su canción “Nieve de día, fuego de noche”, en el que interpreta a una novia hospitalizada en un psiquiátrico, debido a un trastorno bipolar, vídeo en el que se intercalan paseos en la playa y momentos de intimidad con escenas de la internación, rodeada de médicos y pacientes.




En agosto de 2014 medios de prensa internacionales dieron cuenta, con motivo de la filmación de vídeo “Lo poco que tengo” en las paradisiacas islas de Roatán, Honduras, que la top models y actriz venezolana Norelis Rodríguez, es la musa de Ricardo Arjona. Al contemplar a la venezolana, no queda duda que el genio de Arjona fuese energizado por la belleza, el carisma, la prestancia, la simpatía y la sencillez de Norelis, cuya presencia jugando con el imponente paisaje costero queda grabada hasta en los ojos del espectador más exigente.




A veces el artista cae en una sequía creativa, las ideas, la imaginación lo abandonan, se pierde en un desierto de símbolos e imágenes grises que lo desconciertan; su voz, su piano y su guitarra callan, el luto y el vacío inundan su espacio. Es aquí donde aparece el rol providencial de la musa para salvar el talento dormido de la postración y devolver esa locura creadora para confeccionar verdaderas joyas musicales. Ese fue el rol Pattie Boyd, la gran musa del Rock, la modelo inglesa que inspiró a dos músicos geniales: George Harrison y Eric Clapton, el primero le dedicó Something y el segundo los temas Layla y Wonderful tonight.




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