EL PERIODO DE URQUILLA BERMUDEZ
Al expirar el mandato de la doctora de Avilés, por un espacio de tres meses ocho días (24 de marzo al 2 de julio de 1998), asumió la conducción de la institución, el licenciado Eduardo Antonio Urquilla Bermúdez, un profesional bastante competente, que reflejaba un carácter moderado y concertador. Durante su permanencia como Procurador Adjunto mantuvo un bajo perfil. En el período del primer Procurador, Carlos Mauricio Molina Fonseca (febrero 1992-febrero 1995), había sido Jefe de la Unidad Técnica, el equivalente actual al Departamento de Denuncias.
Durante su período hizo nombramientos y quizá uno que otro ascenso, pero posiblemente por algunas medidas que había tomado Urquilla Bermudez los diputados hicieron una reforma el 30 de abril de 1998 al artículo 15 de la Ley de la PDDH, en el sentido que las atribuciones de un Procurador Adjunto tienen operatividad durante el período de mandato del Titular, no cuando ha expirado este período. Al existir un vacío de poder cuando la institución cae en acefalía, la fuente de donde emana el poder del Procurador Adjunto y de los Procuradores de áreas Especializadas no existe.
El esfuerzo de ASEPRODEH en esta etapa se focalizó en luchar por superar la situación de acefalía en que había caído la PDDH. Con el aval del Procurador en funciones, Eduardo Antonio Urquilla Bermudez, el personal organizó en junio de 1998 una manifestación a la Asamblea Legislativa para presionar a los congresistas que habían caído en un impase en la elección del Ombusman. Lo que nos dijo Urquilla es que no movilizáramos vehículos, porque podíamos ser señalados de mal uso de recurso del Estado.
Recuerdo que en los preparativos de esta marcha se involucró en la elaboración de mantas el compañero jurídico Walter Gerardo Alegría Gómez, que después llegaría a ser Procurador Adjunto de Derechos Civiles y una persona de mucha confianza de la doctora Beatrice Alamanni de Carrillo. A mí me convocó el compañero jurídico Cesar Alí Espinoza, pero extrañamente en el Palo de Hule (predio adyacente al portón principal de la Asamblea Legislativa) ya no lo ví.
Estando en el Palo de Hule, el jurídico Victor Antonio Bermudez tomó el micrófono e hizo alarde de su vibrante oratoria para hacer un vehemente llamado a los padres de la patria a fin de que eligieran al Procurador a la mayor brevedad posible. Mi persona lo secundó. Nuestras intervenciones fueron transmitidas por Canal 33.
El educador Jorge Antonio Iraheta Peña(QDDG), quien fuera asesinado el 3 marzo de 2010, se movilizó al interior del congreso, para que tuviéramos una reunión con la Comisión Política de la Asamblea Legislativa, entonces liderada por Juan Duch Martínez, Presidente del parlamento.
Al cabo de media hora Iraheta Peña había logrado, gracias a sus múltiples amistades en la Asamblea Legislativa, que la Comisión Política, recibiera a un grupo de tres empleados. Recuerdo que subimos con la compañera Marlene Trejo, a plantear nuestra posición como trabajadores ante dicha comisión, encabezada por supuesto por Juan Duch Martínez. El Diario de Hoy publicó la noticia de esa reunión, acompañada de una foto.
En este lapso se dio un diferendo entre mi persona con la doctora Ruth Anabella Henriquez, entonces Procuradora Adjunta por la Defensa de los Derechos de la Niñez, por una queja en forma de poema sarcástico que publicamos en un boletín de ASEPRODEH, en la que el poeta Roberto Laínez Díaz (integrante de un equipo que hacía una consultoría para esa Adjunta), denunciaba una presunta retención arbitraria de salarios y la supuesta insensibilidad de la funcionaria que no le importaba conminar al hambre a los trabajadores.
La doctora Henríquez me llamó por teléfono y me dijo que los hechos no eran como los pintaba Laínez Díaz, y que nuestro sindicato debía ser más cuidadoso en lo que publicaba. Le dije a la funcionaria que la denuncia no era anónima y que tenía el derecho de respuesta para desvirtuar las irregularidades que se le atribuían, pero no lo hizo. Siempre recordaré aquel episodio como uno de los pocos casos que he conocido en los que una queja condimentada con ironía, tuvo mucha calidad literaria.
El poeta se retiró de la PDDH los primeros meses de 1998, lo último que supe de él es que trabajaba en el Departamento de Letras de SECULTURA, junto al laureado escritor Jorge Galán. Al revisar en la red la trayectoria de Roberto Laínez Díaz descubro que ha escrito los libros “Tempestad en un vaso" (2009), "En un lugar de la Mancha y otros sonetos andantes", “Usos horarios” (poemario). Ha sido laureado con el título de Gran Maestre de Poesía en el año 2008.
El 2 de julio de 1998 la Asamblea Legislativa eligió por 77 votos Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos a Eduardo Antonio Peñate Polanco, quien había sido Juez de lo Penal en Santa Ana, Magistrado de Cámara en San Miguel y Cojutepeque, deviniendo con tal elección uno de los períodos más sombríos de la institución que se prolongó por diecinueve meses.
En esta etapa tempestuosa vuelve a saltar a la palestra ASEPRODEH, esta vez liderada por los compañeros Salvador Cáceres González, Miguel Ernesto Alfaro, Azuical Yurandir Sandoval, Carlos García Santamaría, entre otros, quienes librarían una lucha titánica para obtener la separación del cargo del referido profesional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario