Por Joaquín Rivera Larios
Contando con el respaldo de ARENA, PCN, FMLN, Iniciativa Social Demócrata, Convergencia Democrática y Movimiento de Unidad, el 23 de marzo de 1995 fue juramentada la doctora Victoria Marina Velásquez de Avilés, de 52 años de edad, en el cargo de Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos, por la entonces Presidenta de la Asamblea Legislativa Gloria Mercedes Salguero Gross.
La fracción del PDC que mantenía su apoyo a Ivo Príamo Alvarenga, ex Embajador de El Salvador en Italia y docente de Derecho Agrario, rechazó la elección de Velásquez de Avilés, asegurando el entonces diputado Arturo Argumedo (1939-2013), que representaba el continuismo y difícilmente se superarían las deficiencias en la Procuraduría; “nos constituiremos en el dedo señalador” dijo, al tiempo que se retiraron del pleno como rechazo a lo que calificaron como acuerdo político entre ARENA y el FMLN.
ESTUDIOS
Se graduó de doctora en Jurisprudencia y Ciencias Sociales en la Universidad de El Salvador (1974). “La Protección de los Salarios” fue el título de su tesis doctoral. Su segundo título es Licenciatura en Ciencias Políticas (1988) obtenido en la Universidad Nueva San Salvador.
Un interesante reportaje de El Diario de Hoy del 22 de junio de 1995 titulado “Maestros de personalidades” da cuenta que Victoria de Avilés fue una alumna ejemplar y certifica su calidad académica la maestra Marta Mena Palomo, entonces de 78 años. La doctora de Avilés relata que estudió sus dos primeros años de primaria en la Escuela Soto Mayor de Alarcia, prosiguió su formación el Instituto Fuentes y de octavo grado a Bachillerato los cursó en el Instituto Cultural Miguel de Cervantes, estos dos últimos ya desaparecidos.
FAMILIA
Nació en el Barrio Santa Anita de San Salvador a las 23 horas del 5 de julio de 1943, hija de Sofía Velásquez. Contrajo nupcias con Carlos Sergio Avilés, también abogado, originario de Usulután, con quien procreo cinco hijos: Carlos Sergio, Verónica María, Claudia Lorena, Victoria Eugenia y Marisela Guadalupe, el primero y las dos ultimas abogados, la segunda y la tercera odontólogas. Todos sus vástagos estudiaron en el Colegio Bautista de San Salvador en los años ochenta y noventa. Tuve la oportunidad de conocer en el Colegio a Claudia Lorena y Verónica María, cuando ellas cursaban octavo grado y yo Segundo año de Bachillerato. Se graduaron de bachilleres en 1989.
TRAYECTORIA PROFESIONAL
La doctora Victoria Marina Velásquez de Avilés fue nombrada Viceministra de Trabajo el 22 de octubre de 1979 por la Primera Junta Revolucionaria de Gobierno (JRG), fungiendo en ese cargo hasta el 3 de enero de 1980, cuando se produjo una renuncia masiva del gabinete bajo argumentos que la JRG se estaba derechizando. El Ministro fue Gabriel Gallegos Valdez, docente de la UES, cercano al partido comunista, quien guardo detención en 1952 junto a Salvador Cayetano Carpio, durante el gobierno del coronel Oscar Osorio, como lo revela Carpio en su libro “Secuestro y Capucha”.
Llama la atención que estaba precedida de un buen récord laboral en cargos públicos que desempeñó. Para el caso, El Diario de Hoy del miércoles 2 de febrero de 1983 publicó la noticia que la doctora de Avilés fue separada del cargo de Juez Cuarto de lo Laboral por motivos políticos, siendo una buena funcionaria, según opinión de abogados que conocían su trabajo. En esa época la Corte Suprema de Justicia era presidida por el doctor Arturo Zeledón Castrillo (1982-1984), y los Magistrados habían sido nombrados por el bloque conservador ARENA-PCN, que tenían mayoría en la Asamblea Legislativa.
PRONUNCIAMIENTOS VALIENTES
Su compromiso innegable con la consolidación de una institución nacida de los Acuerdos de Paz, siguiendo la línea de señalar sin ambages los abusos de poder cometidos por agentes del Estado o por particulares con su aquiescencia, como sucedió cuando se pronunció contra el grupo de exterminio denominado “Sombra negra” el 16 de junio de 1996, le permitieron recibir reconocimientos a nivel nacional e internacional.
Ciertamente, el 10 de junio de 1994, a dos años y meses de iniciar la prolongada posguerra y a plena luz del día, dos integrantes de un escuadrón de la muerte dirigido por un detective que pasó de la desaparecida Policía Nacional a la naciente Policía Nacional Civil (PNC), mataron a Ramón Mauricio García Prieto.
El 2 de septiembre de 1995, agentes uniformados de esta entidad surgida de los “acuerdos de paz” asesinaron al joven universitario Manuel Adriano Vilanova (SS-086-95). Y el 4 de enero de 1996, en una persecución de un vehículo policial a otro particular‒ un adolescente desarmado y herido que estaba en el lugar y el momento equivocados ‒William Antonio Gaitán‒ fue ejecutado con el “tiro de gracia” disparado por un agente supernumerario de la PNC.
Cuando se produjo la masacre en el penal de San Francisco Gotera el 17 de noviembre de 1993, que dejo como saldo 27 reos muertos y 30 heridos, producto de reyertas entre bandas rivales, el doctor Carlos Mauricio Molina Fonseca, entonces Procurador (27 de febrero 1992-26 de febrero de 1995) designó a Victoria Marina de Avilés y a Hugo Noé García Guevara, Delegado Departamental de San Miguel, para que investigara esa masacre. El resultado de esas indagaciones fue un señalamiento de responsabilidad contra el entonces Director General de Centros Penales, Rodolfo Garay Pineda que se publico en periódicos de circulación nacional.
El 29 de abril de 1996 interpuso recurso de inconstitucionalidad contra la Ley Transitoria de Emergencia contra la Delincuencia y el Crimen Organizado,aprobada por Decreto número 305, publicado en el Diario Oficial número 59 del Tomo 326 de fecha 24 de marzo de 1995, por violentar a su criterio cuatro de sus disposiciones los artículos 11(juicio previo), 15 (principio de irretroactividad de la ley), 35 inciso segundo (régimen jurídico especial al que deben estar sometidos los niños y adolescentes) y 144 inciso segundo de la Constitución (Principio de la jerarquía normativa tratado internacional-ley).
El 2013 Alfredo
Bukele Simon dio a luz el libro “El caso
Bukele-Shell, 30 años de corrupción en el sistema judicial salvadoreño”, en el
que publicó íntegra una resolución Ref. SS-0761-96 pronunciada por la doctora
Velásquez de Avilés el 2 de febrero de 1998, en la que estableció violación al
debido proceso por parte de la Sala de lo Constitucional en la sentencia del 18
de diciembre de 1989 ( amparo 1-S-87).
Dicha sentencia de amparo dejó sin efecto una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada dictada en juicio sumario mercantil por el Juzgado Primero de lo Civil, confirmada en apelación por la Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del Centro, en la que condenaba a Distribuidora Shell de El Salvador S.A. de C.V., a indemnizar a La Asunción S.A. de C.V. en una suma millonaria, por terminar aquella unilateralmente y sin causa justificada dos contratos de distribución de productos derivados del petróleo.
La resolución la PDDH en lo sustancial estableció violación al debido proceso por parte de la Sala de lo Constitucional que en polémico fallo amparó a la trasnacional Shell, por transgresión al derecho a no ser juzgado dos veces por la misma causa artículos 11 y 17 de la Constitución, violación a la tutela legal efectiva y juicio justo, transgresión del derecho a recibir justicia sin demora.
La doctora Victoria de Avilés tuvo forcejeos fuertes con el gobierno central, como cuando se opuso el 26 de abril de 1995 al nombramiento del doctor Francisco Beltrán Galindo padre en el cargo de Inspector General de la PNC, en carta dirigía al Ministro del Interior, durante la administración del presidente Armando Calderón Sol.
En su edición del jueves 4 de mayo de 1995, diario Colatino publicó un nota bajo el encabezado: “No soy comunista: Procuradora Victoria Marina de Avilés”, en la que la funcionaria negó los señalamientos de la Secretaría de Información de la Presidencia (SIP) que inició una campaña en su contra, acusándola de comunista y desestabilizadora en microprogramas pagados por el Gobierno de la República.
Esto es lo que al parecer no le gustó a sus detractores del "Estamento Político" que la tachaban de parcializada, la vinculaban con la izquierda y le endilgaban emplear militantes de la ex guerrilla. Fue acosada de diversas formas --recortes presupuestarios, intentos por deslegitimar su autoridad y amenazas contra su personal, por ejemplo-- pero, pese a ello, logró agenciarse un destacado lugar entre la opinión pública a partir de los progresivos niveles de confianza y credibilidad que llegó a generar.
Los partidos de derecha que controlaban el congreso, imposibilitaron su reelección cuando había tenido una prolífica y exitosa gestión en el trabajo de tutela. En esa línea, la doctora de Avilés, convocó el 27 de febrero de 1998 a una conferencia de prensa durante la cual anunció que no estaba dispuesta a participar en ese tipo de "juegos políticos"; en ese sentido sostuvo que, en tales condiciones, mal haría en postularse como candidata a la reelección.
PRECANDIDATA PRESIDENCIAL
En 1998 fue propuesta como precandidata presidencial por la Convención Nacional del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), siendo su oponente, el alcalde de San Salvador, Héctor Silva. La Convención, después de un prolongado debate, decidió no elegir a ninguno de los dos precandidatos y se decantó por un candidato de consenso, Facundo Guardado para la presidencia y Nidia Diaz para la vicepresidencia, ambos ex comandantes guerrilleros.
Las elecciones internas en el FMLN estuvieron llenas de descalificaciones, amenazas, abucheos, gritos, entre partidarios de los sectores ortodoxos y renovadores, que se manifestaron especialmente en la Convención Nacional Extraordinaria que tuvo lugar el 16 de agosto de 1998. Pero las preferencias se dividieron (441 convencionistas votaron por de Avilés y 431 por Silva), no logrando ninguno de los candidatos obtener mayoría absoluta. La revista Proceso de la UCA del 19 de agosto de 1998 calificó este proceso de elección de “Fiasco”.
MAGISTRADA DE LA CSJ
En 2000, fue elegida como magistrada de la Corte Suprema de Justicia para un período de nueve años, ejerciendo sus funciones en la Sala de lo Civil (2000-2003) y Sala de lo Constitucional (2003-2009). Como magistrada constitucional mantuvo un perfil progresista con enfoque de derechos humanos.
En esa época la Sala de lo Constitucional estuvo integrada por Agustín García Calderón (Presidente), Julio Acosta Baires, Mauricio Alfredo Clará, José Nestor Castaneda y, por supuesto, Victoria Marina Velásquez de Avilés. En diversas sentencias emitió un voto disidente respecto de la mayoría de la Sala de lo Constitucional encabezada por el magistrado García Calderón, de perfil conservador.
Baste citar los votos disidentes, muy bien fundamentados por cierto con enfoque de Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en las sentencias de amparo 674-2001 del 23 de diciembre 2003 acerca del caso Jesuitas e inconstitucionalidad 63-2007/69-2007 del 16 de octubre de 2007 que declaró inconstitucionales disposiciones de los Convenios 87 , sobre Libertad Sindical, Protección del Derecho de Sindicación y 98 de la OIT sobre Aplicación del Derecho a Sindicación y Negociación Colectiva.
Una nota de La Prensa Gráfica del 8 de marzo de 2021 revela que solo dos mujeres habían conseguido colocarse hasta esa fecha como magistradas propietarias de la Sala de lo Constitucional: Victoria de Avilés (2003-2009) y Marina de Jesús de Torrento (2018-2021). Al asumir el control de la Asamblea Legislativa el partido Nuevas Ideas el 1 de mayo de 2021, destituyó a los Magistrados de la Sala de lo Constitucional electos el 16 de noviembre de 2018 y designó los sustitutos, entre ellos a Elsy Dueñas Lovos, que antes fungió como Magistrada de la Sala de lo Contencioso Administrativo.
El 1 de junio de 2009, el presidente Mauricio Funes la nombró Ministra de Trabajo y Previsión Social en el primer gobierno de izquierda elegido por voto popular. En el ejercicio de este cargo se comprometió a promover la libertad sindical de los empleados públicos y la aplicación estricta de la legislación laboral.
Una nota de titulada “Más de 100 nuevos sindicatos” da a
conocer una entrevista que una misión de
la Unión Internacional de Trabajadores
(UITA) sostuvo con la Ministra de Trabajo, en octubre de 2010, destacando que con la llegada
al gobierno de Mauricio Funes se habían constituido cerca de 100 sindicatos
nuevos, lo cual marcaba un avance muy importante y completamente inédito en el
país, habida cuenta que el grueso del
empresariado y las administraciones de
gobierno anteriores habían jugado un papel determinante en el escaso desarrollo
sindical que se observaba en El Salvador.
Solo estuvo en el cargo de Ministra de Trabajo los dos primeros años de Mauricio Funes (1 junio 2009-1 de junio 2011), fue sustituida por el ex sindicalista y ex diputado del FMLN, Humberto Centeno (1941-2014). Según una nota del periódico digital elfaro titulada “Funes releva a ministra de Trabajo y juramenta a nuevo presidente de CEL”, representantes de grupos sindicales opinaron que una de las razones por las que le pidieron el cargo fue la oposición de la ministra a una propuesta de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP)
Al respecto elfaro cita palabras de Wilfredo Berríos, de la Federación Sindical Salvadoreña: “Ella se opuso a la posible jornada de 12 horas laborales que proponía la ANEP, y ahora que el gobierno negocia con los empresarios el pacto fiscal, el sector privado ha pedido su cabeza”.
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