Corría el año 1993, me encontraba al frente de la Delegación
Departamental de San Vicente que en sus inicios tenía cobertura en cuatro
departamentos (además del departamento sede, Cabañas, La Paz y Cuscatlán). Fui nombrado Delegado en julio de 1993 por el primer
Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, doctor Carlos Mauricio
Molina Fonseca, elegido por la Asamblea Legislativa el jueves 27 de febrero de 1992, para el período comprendido del 27 de febrero de 1992 al 26 de febrero de 1995.
Me correspondió el honor de ser el segundo en desempeñar ese
cargo en la historia de institución, el primero fue el Delegado de Santa Ana,
licenciado Oscar Humberto Luna, quien sería titular de la institución en el
sexenio 2007-2013. Tanto el licenciado Luna como yo presentamos por separado un proyecto de reglamento para regular el funcionamiento de las nacientes delegaciones departamentales.
La PDDH apareció en escena para suplir el rol que desempeñaban las Comisiones de Derechos Humanos gubernamental y no gubernamental, una lógicamente se inclinaba a favorecer al gobierno de la República y la otra a denunciarlo con un enfoque que tendía a favorecer a la izquierda. Ambas comisiones eran parte de la fuerte polarización que existía en el país agudizada por 12 años de guerra.
Por lo que la línea de acción girada por el primer Procurador era defender la idea de despolitizar los derechos humanos, haciendo ver que eran inherentes a las personas al margen de lineamientos o tendencias políticas partidarias. Cuando el doctor Molina Fonseca me llamó la primera vez a su despacho antes de asumir el cargo de Delegado me dijo que me mantuviera lejos de los partidos políticos, que no me fueran a ver en ninguna convención o mitin, siempre insistiendo en la apoliticidad partidaria. Y ese fue un eje central del discurso cuando me presenté ante alcaldes, gobernadores y otras autoridades.
ONUSAL tenía dos oficiales jurídicos que nos capacitaban en
Derechos Humanos, Felipe Villavicencio (peruano), fallecido el 19 de mayo de 2020 y Florentín Meléndez Padilla
(San Francisco Gotera, El Salvador, 1 de noviembre de 1951). Las capacitaciones fueron en la torre VIP del Hotel Sheraton. Nos tocó visitar campamentos de la ex guerrilla, verificar el debido proceso en muchas causas penales.
Anduve investigando en zona rural la muerte de Heleno Hernan Castro, ex comandante del Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), asesinado el sábado 30 de octubre de 1993 en Santa Cruz Porrillo, Tecoluca, departamento de San Vicente. En un discurso que pronunció Joaquín Villalobos, máximo comandante ERP, con motivo del sepelio de Castro, acusó al empresario Orlando de Sola de financiar los Escuadrones de la Muerte, lo que dio lugar a un mediático juicio por difamación.
Anduve investigando en zona rural la muerte de Heleno Hernan Castro, ex comandante del Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), asesinado el sábado 30 de octubre de 1993 en Santa Cruz Porrillo, Tecoluca, departamento de San Vicente. En un discurso que pronunció Joaquín Villalobos, máximo comandante ERP, con motivo del sepelio de Castro, acusó al empresario Orlando de Sola de financiar los Escuadrones de la Muerte, lo que dio lugar a un mediático juicio por difamación.
Como dato curioso traigo a cuenta el caso del entonces
Alcalde de Guadalupe, San Vicente, Juan Antonio Cerritos, quien fue una de las
primeras autoridades denunciadas en la Delegación de San Vicente, por un periodista al que aparentemente
agredió cuando le quiso tomar una foto a la salida de una fiesta en otro municipio. El
periodista alegaba violación a la integridad personal y el alcalde violación al
derecho a la propia imagen, porque le estaba tomando fotos en situaciones
privadas, cuando no estaba ejerciendo su cargo de alcalde.
Recuerdo la ceremonia de traspaso de mando de la extinta Policía Nacional a la Policía Nacional Civil que tuvo lugar en la plaza de la iglesia del Pilar, donde estuve a la par de la entonces joven presentadora de televisión, Mónica Casamiquela. Conversé con el Comandante de la Policia Nacional de la zona paracentral y me dijo: "Es difícil controlar hombres armados, cada persona con un arma se cree un poder autónomo". El primer jefe departamental de la PNC en San Vicente, fue el subcomisionado José Rolando Torres Cáceres (QDDG), quien había sido psicólogo en centros penales.
Recuerdo la ceremonia de traspaso de mando de la extinta Policía Nacional a la Policía Nacional Civil que tuvo lugar en la plaza de la iglesia del Pilar, donde estuve a la par de la entonces joven presentadora de televisión, Mónica Casamiquela. Conversé con el Comandante de la Policia Nacional de la zona paracentral y me dijo: "Es difícil controlar hombres armados, cada persona con un arma se cree un poder autónomo". El primer jefe departamental de la PNC en San Vicente, fue el subcomisionado José Rolando Torres Cáceres (QDDG), quien había sido psicólogo en centros penales.
Me tocó mediar en la huelga que estalló en los hospitales
nacionales en agosto y septiembre de 1993. Nos correspondió verificar la
atención de pacientes durante esta huelga y visitar sábados y domingos los
hospitales de Cojutepeque, Sensuntepeque, Santa Gertrudis de San Vicente y
Santa Teresa de Zacatecoluca, a efecto de rendir continuos informes a la sede
central.
Intercedíamos no sin tener roces con las autoridades, para que reinstalaran empleados del Ministerio de
Salud que despedían con motivo de la huelga y en conflictos de toda índole que
se daban en los nosocomios. Esta protesta dio como resultado la Ley del
Escalafón del Ministerio de Salud que ha significado aumentos salariales
anuales al personal de este sector. Lo que más lamento es que por andar en esta
verificación no pude ir al concierto que dio Thalía en el Gimnasio Nacional el
25 de septiembre de 1993, como parte de su Tour Love.
El foco de mayor tensión en el trabajo era atender los problemas
que aquejaban a los internos de la
Penitenciaria Oriental de San Vicente. El 24 de septiembre de 1993, fui a dar
una charla con motivo del Día del Reo (día de la Virgen de la Merced), y recuerdo a un interno de cabello cano y
bigote blanco, de nombre Mario Arguello Flores, alias “el Dragón”, que
usaba zapatos de charol blanco con negro y se sabía el Código Procesal Penal de
memoria, que me increpó diciéndome: “Yo tengo más años de
estar en la cárcel que usted de haber nacido”. En efecto, Arguello había sido condenado por
el Juzgado Segundo de lo Penal de San Salvador en 1965 por homicidio y robo.
Cuando salió Arguello de la Penitenciaria el 13 de agosto de
1995, luego de cumplir la condena de
treinta años y de haber pasado por todos
centros penales del país, la Fundación
de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD) le dio apoyó, al punto que Jaime
Barba escribió su biografía bajo el título “Historias del Dragón", publicada en
1996.
En 1994 se dio el caso de un reo que fue asesinado en la
Penitenciaría Oriental el mismo día en
que fue trasladado de la Penitenciaria de San Luis Mariona, sus asesinos que fueron también internos del penal quemaron su cuerpo. Recuerdo
la discusión de las oficiales jurídicos de la Delegación de ONUSAL, Erika
Preminger (chilena) y Piedad San Roman (colombiana), una se inclinaba por calificar el hecho de ejecución
extrajudicial (por existir una aparente permisividad de los custodios en el
crimen) y otra no.
Explicaba periódicamente por medio de entrevistas para radios de cobertura nacional, la situación de derechos humanos en la zona paracentral. Y los domingos en la mañana del primer semestre de 1995 tuve un programa en radio Lorenzana que se llamaba “Edificando la Paz”.
La Delegación Departamental de San Vicente dio sus primeros pasos con el siguiente equipo: Joaquín Enrique Rivera Larios (Delegado Departamental), Dina del Carmen Mejía Pérez y José Alex Henríquez Valdez (jurídicos), William Oswaldo Mariona (Trabajador Social), Xenia Elizabeth Merino de Jacinto (Secretaria), René Adonay Jovel Campos (Servicios Generales), David Amilcar Rivera y Domingo N. (Vigilantes). Mariona renunció y en su lugar llegó Mario Antonio Villegas. En febrero de 1994 renunció Dina del Carmen y fue sustituida por Lesbia Patricia Anaya Ramos.
En la foto aparezco exponiendo el rol de la PDDH y la
situación de derechos en la zona paracentral en evento que tuvo lugar en una
sala de recepciones de San Vicente, que contó con ponentes de la talla de José
Ernesto Criollo, Felipe Villavicencio(QDDG), Florentín Meléndez, Orsy Quintanilla y
la presencia de autoridades locales.
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