miércoles, 11 de noviembre de 2020

FIDEL SANCHEZ HERNÁNDEZ, EL CAUDILLO DE "LA GUERRA DE LAS CIEN HORAS"

Por Joaquín Rivera Larios



El general Fidel Sánchez Hernández nació en El Divisadero, departamento de Morazán el 7 de julio de 1917 y falleció en San Salvador el 28 de febrero de 2003. Su formación militar comienza en El Salvador y culmina en los Estados Unidos, donde fue becado en la Escuela de Armas Blindadas en Fort Knox. Fue asimismo delegado de la Comisión de las Naciones Unidas en Corea y desempeño cargos de agregado militar en París y Washington DC.

Con su esposa, doña Marina Uriarte de Sánchez Hernández, procreó a sus hijos Arely, Manuel Vicente, Marina Teresa y Fidel Angel. 



Un suplemento sobre políticos y gobernantes que publicó El Diario de Hoy en diciembre de 1999, da cuenta que el General Fidel Sánchez Hernández era la personificación del optimismo y el pensamiento positivo. Quienes lo conocían de cerca le atribuían la frase: “Creo que todos se ponen de acuerdo para que las cosas me salgan bien”.

VISITA DE LINDON B.  JOHNSON

El Presidente de la República, General Fidel Sanchez Hernández (1917-2003), recibió al Presidente Lindon B. Johnson, acompañado de la Primera Dama estadounidense, Lady Bird Johnson, con motivo de una visita oficial realizada a El Salvador los días 7 al 9 de julio de 1968. 



El presidente Johnson se reunió con los presidentes de los cinco países de Centroamérica en Los Chorros el 8 de julio de 1968. Los gobernantes que asistieron: José Joaquín Trejo de Costa Rica, Oswaldo López Arellano de Honduras, Anastasio Somoza de Nicaragua, Fidel Sánchez Hernández de El Salvador y Julio Cesar Méndez Montenegro de Guatemala.
                                                                 
                                       
                   

Para tal efecto, en medio de protestas de la oposición y un clima de tensión por el conflicto que ya se avizoraba con Honduras, vinieron a El Salvador Somoza Debayle y López Arellano. En la zona fronteriza con Honduras se habían producido capturas de ciudadanos de ambos países.  ¿Quién imaginaría que los generales López Arellano y Sánchez Hernández protagonizarían tan solo un año después “la Guerra de las Cien Horas"? 
                                                                            


En un reportaje publicado por la revista Vértice de El Diario de Hoy del 17 de marzo de 2002,  "Del buen vecino al libre comercio" da cuenta que en 1968 el transporte se vio paralizado y que un diario de la época tituló "Otra vez los buseros", que demandaban a los empresarios el contrato colectivo. Refiere que Lindon Johnson se reunió en la sede de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), en medio de protestas. En la agenda estaban reformas a la Carta de Constitución de la ODECA para poner coto a los incidentes fronterizos.  

LA GUERRA CONTRA HONDURAS

En julio de 1969, como culminación de una serie de acontecimientos entre los que se hallan tres partidos de futbol, entre las Selecciones de El Salvador y Honduras,  disputados en Tegucigalpa, San Salvador y  de desempate en el Estadio Azteca de México DF,  en su orden los días 8, 16 y 27 de junio de 1969,  millares de salvadoreños son expulsados de territorio hondureño.

La actitud positiva frente a la vida, sin duda le sirvió a Sánchez Hernández para afrontar los difíciles momentos por los que tuvo que pasar durante su período presidencial de 1967 a 1972: la guerra contra Honduras (14 al 18 de julio de 1969) y un golpe de Estado. En ambos acontecimientos salió bien librado. 



Victimas de vejámenes, incluyendo el asesinato de sus familiares y el despojo de sus propiedades, los desplazados comienzan a cruzar la frontera donde relatan a las autoridades salvadoreñas las atrocidades que han sufrido.

Como resultado de lo que en su momento se llamó genocidio, y debido a la renuencia de las autoridades hondureñas de poner fin a los atropellos, el general Sánchez Hernández ordenó la incursión de tropas a Honduras. 

Así comienza la llamada “Guerra de las Cien Horas”, en El Salvador llamada “Guerra de legítima defensa”, por el tiempo que duró el enfrentamiento y que las agencias internacionales de noticias calificaron con el mote de la “Guerra del Fútbol”.

En el curso de la guerra los soldados salvadoreños penetraron a territorio hondureño, hasta muy cerca de la capital, Tegucigalpa. La ocupación no duró mucho tiempo, debido a presiones de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el gobierno de Estados Unidos. Aunque, por otra parte-años más tarde-fuentes militares admitieron que el costo humano y económico de una fuerza de ocupación habría sido muy alto para El Salvador.




Relatan los expertos que el ejercito salvadoreño era mucho mejor preparado y entrenado, pero no le bastó esa superioridad para derrotar al ejercito hondureño. Narran los entendidos que Sánchez Hernández era más hombre de armas, más comandante de campo, que Lopez Arellano, que era más un político que controlaba las fuerzas armadas como un partido.

Tomando en cuenta que la Guerra de las Cien Horas, coincidió con el alunizaje del Apolo XI, Sánchez Hernández acuño aquella famosa frase: “¿Cómo es posible que un hombre pueda caminar con seguridad por la superficie de la luna y no pueda por su nacionalidad, caminar sin peligro por las veredas de Honduras?” 



El estallido del conflicto fue esencialmente por dos causas, por una parte el régimen hondureño decidió distribuir el terreno a campesinos locales en el marco de una reforma agraria,  expulsando a los salvadoreños que llevaban viviendo allí ya por varias generaciones. Este hecho provocó la persecución de campesinos salvadoreños. El otro gran motivo fue la captura de 45 soldados salvadoreños con dos camiones cargados de armamento en 1967 por parte del gobierno hondureño.

FORCEJEOS CON EL CHELE MEDRANO

Los Generales Fidel Sanchez Hernández y José Alberto "el Chele" Medrano, eran de la misma promoción de cadetes egresados en 1937, ingresaron a la Escuela Militar en 1934. Pese a haber sido compañeros tuvieron una fuerte disputa por poder el primero como Presidente de la República y el segundo como Director de la Guardia Nacional y director de la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), estructura paramilitar que ejercía vigilancia sobre la población rural y recolectaba información para los servicios de inteligencia. En 1967 llegó a movilizar a más de cien mil personas. 

                                                                 

Narra Chávez Velasco en una crónica publicada en el Diario de Hoy el 1 de marzo de 2003 que cuando eran capitanes, su amigo Adalberto Medrano, un matón de estatura normal y robusto como un conacaste, ofendió a varios civiles. Fidel no lo pudo tolerar y lo retó a los puños. Era la recreación de David contra Goliat. Fidel le propinó una soberana paliza, la única quizá que Medrano recibió en toda su vida.

En un artículo del periódico El Salvador Times denominado “Un secuestro y un pleito entre generales”, revela que Sánchez Hernández se había destacado en las áreas más administrativas y diplomáticas; Medrano en las de la represión y el espionaje. El primero era el hombre de la sonrisa y del cálculo político detrás del escritorio; el segundo era el de la voz de mando y el puño de hierro en el teatro de operaciones. 

                                                       

                   

Medrano se había convertido en el hombre fuerte del régimen durante la presidencia del coronel Julio Adalberto Rivera. Hacia 1966, en las postrimerías de su mandato, Rivera dudaba en la designación su sucesor en el poder. Medrano propuso para el puesto a su amigo Sánchez Hernández, para quien gestionó además el imprescindible aval de la embajada de los Estados Unidos.

Sánchez Hernández siempre estuvo consciente de ese detalle, y lo retribuyó apoyando el poder personal de Medrano. Pero la amistad, y cualquier otro vínculo entre ambos, se habían roto el primero de diciembre de 1970, cuando Sánchez Hernández no solo despojó al “Chele” Medrano de la jefatura de la Guardia Nacional y de los servicios secretos del gobierno, sino que también ordenó su baja definitiva de la Fuerza Armada. Este incidente lo relata el ministro de Defensa, General Fidel Torres en su libro “Los militares en el poder” (2007), dado que Medrano señalaba supuesta corrupción en la compra de armas.
                         
                                                       

                                      
Aquél primero de diciembre, el general Fidel Torres, convocó al cuerpo de generales para una reunión informativa de rutina. Cuando se disponía a tocar el punto relativo a las actividades de la comisión de adquisición de armamento, Medrano se le plantó enfrente, cuentan que con varios tragos de más, y lo insultó a gritos.

                                                   

El general Torres le exigió compostura y respeto a su investidura ministerial, advirtiéndole que informaría del incidente al presidente Sánchez Hernández. “Pues además infórmele que yo digo que también él es un hijo de la gran puta”, le respondió Medrano. Según refiere Waldo Chávez Velasco en su libro “Lo que no conté sobre los presidentes militares”, que Medrano padecía un problema incontrolable de alcoholismo. El 23 de marzo de 1985, un comando guerrillero acabó con la vida del temible general Medrano en la colonia Zacamil de Mejicanos.


INTENTO DE GOLPE DE ESTADO

En el marco de denuncias de fraude en las elecciones presidenciales del 20 de febrero de 1972, la madrugada y la mañana del 25 de marzo de 1972 se produjo un intento de golpe de Estado contra el gobierno del general Fidel Sánchez Hernández, cuyos cabecillas eran el coronel Benjamin Mejía y José Napoleón Duarte. El presidente fue capturado por los golpistas y recluido en el cuartel El Zapote por el coronel Manuel Antonio Nuñez. El Cuartel San Carlos fue otro destacamento militar que se alzó en armas. 


El General Fidel Torres, Ministro de Defensa en aquella, entrevistado por El Diario de Hoy del 3 de marzo de 2003 expresó un una crónica denominada “En defensa del Presidente” que se encontraba en una hacienda en San Miguel cuando se enteró del suceso. 

Inmediatamente se comunicó con los cuarteles de todo el país y movilizó los destacamentos de San Miguel, Morazán y La Unión, cuyos efectivos envió a San Salvador, mientras la Fuerza Aérea, que continuaba fiel a la presidencia de Sánchez Hernández, esperaba la orden para bombardear el cuartel El Zapote.  

Añadió que los golpistas le mandaron a decir que si a las cuatro de la tarde no detenía la resistencia contra el golpe, iban a asesinar al presidente. Entonces, él les dijo: “A las cuatro de la tarde si no se rinden en el cuartel en que están, los voy a hacer mierda con la Fuerza Aérea”. Pero ante esa amenaza, los golpistas fueron a pedir asilo político a la nunciatura. 
En el momento en que se iba a bombardear el cuartel El Zapote, el general Sánchez Hernández fue liberado y se comunicó inmediatamente con el general Torres para darle la orden de detener el bombardeo en el cuartel.

“René Valdivieso, uno de los responsables del golpe, me dijo que no era contra el general Sánchez Hernández, sino contra Molina. Se ha roto la unidad de las Fuerzas Armadas con el nombramiento”, sentenció el general Torres. 
                                                         


Refiere Waldo Chávez Velasco en el referido artículo publicado en El Diario de Hoy el 1 de marzo de 2003, que el presidente electo Arturo Armando Molina iba rumbo a Taiwán como invitado de ese gobierno. Se le localizó en Los Ángeles y un avión de la Fuerza Aérea estadounidense lo transportó a Ilopango. 

La Prensa Gráfica en su suplemento alusivo a los Cien años de su fundación del 10 de mayo de 2015 refiere que los enfrentamientos dejaron en pocas horas alrededor de cien fallecidos y más de doscientos heridos. 
                                            

Como resultado del fracaso del golpe de estado, fueron exiliados varios políticos, entre ellos el ingeniero José Napoleón Duarte, dirigente del Partido Demócrata Cristiano (PDC) que salió para Venezuela luego de ser capturado torturado y el coronel Mejía salió al exilio a Argentina y el Alcalde de San Salvador, Carlos Antonio Herrera Rebollo huyó a México. A su regreso a El Salvador el Coronel Mejía junto a su esposa fueron asesinado el 10 julio de 1981 en la Carretera Panamericana a la altura del kilómetro 23, jurisdicción de Monte San Juan.

                                                  
                       

                                                                           
                               Cnel. Benjamín Mejía                                                    
GABINETE DE GOBIERNO

El presidente Fidel Sánchez Hernández reunido con su Consejo de Ministros en Casa Presidencial del barrio San Jacinto. Tomado del libro "El Salvador - 1968". 

                         
                    
A continuación la lista de ministros y subsecretarios, y otros funcionarios que formaban parte del Poder Ejecutivo de acuerdo a dicho libro.

Presidente: Cnel. Fidel Sánchez Hernández.

Relaciones Exteriores: Dr. Alfredo Martínez Moreno - Dr. Guillermo Paz Larín.

Interior: Dr. Francisco Armando Arias - Dr. José Francisco Bolaños Lemus.

Justicia: Dr. Marcos Gabriel Villacorta - Dr. Alfonso César Rosales y Rosales.

Hacienda: Dr. Humberto Guillermo Cuestas (también fungía como Vice Presidente de la República) - Dr. Antonio Escobar Fratti.

Economía: Lic. Rafael Glower Valdivieso - Dr. Óscar Lacayo Rosales,

Subsecretarío de Integración Económica y Comercio Internacional: Dr. Amílcar Martínez Arguera. 

                                                   

Educación: Lic. Walter Béneke Medina - Licda. Antonia Portillo de Galindo.

Defensa: Cnel. Fidel Torres - Cnel. Mario Modesto Chacón.

Trabajo y Previsión Social: Cnel. Joaquín Zaldívar - Dr. Orlando Segovia Mugdan.

Agricultura y Ganadería: Ing. Antonio Berríos Mendoza - Ing. René Figueroa Velarde.

Salud Pública y Asistencia Social: Dr. Tomás Palomo Alcaine - Dr. Ricardo Hernández Suárez.

Obras Públicas: Ing. Enrique Cuéllar - Ing. Luis Alonso Vanegas.

Secretario de la Presidencia: Dr. Enrique Mayorga Rivas.

Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Planificación y Coordinación Económica: Ing. Edgardo Suárez Contreras.

Secretario Privado de la Presidencia: Cnel. José Armando Azmitia.

Secretario Particular de la Presidencia: Dr. Francisco Peña Trejo.

Jefe del Departamento de Relaciones Públicas de Casa Presidencial: Periodista Alfonso Salazar.

Fiscal General: Dr. Francisco Arturo Samayoa.

Procurador General de Pobres: Dra. Yolanda Myers de Vásquez.

Nota: La Constitución Política de El Salvador de 1962, vigente en aquellos años, daba facultad al Presidente de la República para nombrar al Fiscal General y Procurador General de Pobres (ahora Procurador General).




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