Por Joaquín Rivera Larios
No sé si será una percepción errónea, pero las navidades de antaño eran más cálidas, más vividas, más fraternas, la mesa servida con suculentos aperitivos, los jovencitos y jovencitas luciendo vistosos estrenos, nutrida reventazón de cohetes y derroche luces de bengala, los adornos, los regalos al pie del árbol, los nacimientos formados con aserrín y figuras de barro, los fuertes y reconfortantes abrazos al filo de las doce de la noche, augurando un año mejor, con pequeños bailongos en las salas de las casas, el sonido estridente de pequeños aparatos, todo aderezado por la música de la ocasión.
Mi hermana Gladys trae a cuenta en un comentario una costumbre muy arraigada en el pasado que gracias al meteórico auge de las redes sociales, prácticamente está en peligro de extinción: las tarjetas navideñas. Anota mi hermana que las tarjetas navideñas le imprimían más color y alegría a la festividad. Qué emoción se sentía cuando se recibían aquella tarjetas tan bonitas de los amigos de nuestros papás o ya adolescentes, de las amiguitas del colegio. Rememora con cariño cómo esperaba al cartero durante los días de diciembre cuando tenía siete o ocho años.
Las reminiscencias navideñas están impregnadas de melodías. No se puede concebir esa época tan propicia, sin el omnipresente Marco Antonio Solís izando la bandera del desamor: “Llegó navidad/ y yo sin ti,/en esta soledad/recuerdo el día en que te perdí…” Sin faltar "El niño del tambor", inyectándonos su dosis de melancolía: “El camino que lleva a Belén/baja hasta el valle que la nieve cubrió/ los pastorcillos quieren ver a su Rey/ha nacido en un portal de Belén/el niño Dios…”
O "El burrito Sabanero", villancico navideño venezolano, creado por el compositor Hugo Blanco Manzo (1940-2015), el cual tuvo una famosa versión salvadoreña lanzada en 1979 con el peculiar timbre de Cecilia Regalado cuando niña y la Orquesta Los Faraones: “Con mi burrito sabanero/ voy camino de Belén/si me ven, si me ven,/ voy camino de Belén…”
Una canción muy guapachosa, mezcla perfecta de sencillez campesina, alegría y melancolía, es el clásico "Año viejo", interpretado por Tony Camargo (1926-2020): “Hay yo no olvido al año viejo/porque me ha dejao cosas muy buenas/ me dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca, y una buena suegra…” Y era de rigor escuchar a la hora exacta al cantor venezolano Néstor Zavarce (1936-2010) con la tonada que inmortalizó el canto de año nuevo: “Faltan cinco pa’ las doce/ el año va a terminar/ me voy corriendo a mi casa/ para ver a mi mamá…”
En esta época siempre nos inunda de nostalgia la canción “Ven a mi casa esta Navidad” lanzada en 1969, la cual fue escrita e interpretada por el cantante argentino-español Luis Aguilé (Buenos Aires, 1936-Madrid, 2009). Un homenaje a los solitarios y desamparados en la época navideña. Se trata de una de las canciones navideñas más difundidas en la actualidad y ha sido interpretada por otros artistas como Raphael, Mijares, Parchis, Alvaro Torres, Cristian Castro y Pimpinela.
Para los salvadoreños probablemente una de las navidades más tristes fue la de 1986, por el efecto devastador del terremoto del 10 de octubre. No obstante los estragos físicos y morales, dos lanzamientos musicales mitigaron el dolor: el primero, el super éxito “Para no estar triste en navidad”, cantada a dúo por Marco Antonio Muñiz y Valeria Linch, en cuyo estribillo destacaba: "Como el ave fénix que no muere, resurgiré de mis cenizas, que gran idea es renacer en navidad..."
El segundo evento fue el lanzamiento de un LP de villancicos latinos, “Eterna navidad”, con los talento del trío Pandora, Oscar Athie, Yuri, Tatiana, Daniela Romo, Mijares, Hernaldo Zúniga, Denis de Kalefe, Arianna entonando temas como “Ven a Cantar”, “Blanca Navidad”, “Campana sobre campana", "Los peces en el río", "El niño del tambor", entre otros.
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