Por Joaquín Rivera Larios
Cierta vez el profesor Velasco nos puso a correr de castigo y a bajar y subir las gradas de los estrados de la cancha de BKB de la Sección Masculina, por espacio de hora y media. Pasé tres días con grandes dificultades para sentarme y caminar.
Especial recuerdo también para don Miguel Ángel Alas, encargado del Tercer Ciclo “el gallinero” (ubicado en una vetusta casa de madera de dos plantas), quien nos dejaba después de clases, castigados en la cancha, a pleno mediodía, haciendo sentadillas, patitos y toda clase de ejercicios, por más “amnistía” que le rogáramos. Por esos arranques de tipo militar, los estudiantes castigados en pleno sol le gritábamos “Comandante Alas”.
Las bromas y los apodos (algunos crueles y otros benévolos) estaban a la orden del día. En primer año a un compañero gordito de apellido Tobar, le decíamos “Guazapa”, municipio de donde era originario. En noveno grado a otro alumno oriundo de ese mismo municipio le decían “Górgola” o “Cara de caricatura mal hecha”.
Algunos compañeros a la salida de los exámenes trimestrales hacían peregrinaje en grupo por los burdeles de la Avenida Independencia, al punto que una trabajadora sexual le dijo a uno de ellos: “Este niño ni tres pelitos tiene en…” Fue así como le quedó de apodo “Tres pelos”. A un alumno espigado, de tez blanca, le decían “Zoltar”, en alusión al cruel villano de la serie animada “Las Fuerzas G”.
El profesor Alas acuñó dos apodos memorables: cierto día un hijo del profesor Miguel Angel Rodas, estaba inquieto y le dijo “comportese ‘Tanate Rodas’” y un compañero alto no se sentaba y le dijo “Siéntese ‘Guliver’”. Daba mucha risa en séptimo grado cuando nos impartía educación sexual en la clase de geometría, y explicaba el proceso de la menstruación.
En el primer lustro de los ochentas del siglo pasado, probablemente la homofobia y el machismo eran más salvajes que hoy, no existían la Declaración sobre orientación sexual e identidad de género de las Naciones Unidas y otros instrumentos que protegen contra la discriminación por la orientación sexual. Pues bien, era vox populi que al apasionado entrenador del equipo mayor de baloncesto, Francisco Chicas, le atraían las personas del mismo sexo. Y ese murmullo afectaba a los jugadores. Cuando los veían luciendo nuevos zapatos deportivos Nike o Adidas, les decían “Chicas te los compró”.
Por otra parte, rememora Lara en su crónica que un grupo de estudiantes le hicieron una protesta a don Filiberto Antonio Trujillo Córdova, Director de la Sección Masculina, por el aumento de los derechos de exámenes trimestrales, que paralizó a todas las secciones, y a la que se unió, un ex compañero del Colegio Externado San José de negrísima melena, que llegó en último año de bachillerato, y que fue diputado, diplomático, el abogado Walter Durán.
Trae a cuenta Lara que con el señor Trujillo dialogaron al inicio, en pleno conflicto, pero su posición era intransigente. Como no llegaban a ningún acuerdo, se levantamos de la mesa -como se dice ahora- y a la salida de su oficina, informaron al conglomerado. Se armó una verdadera trifulca. Ya en las gradas, cuando iban de salida, un chusco gritó: ¡Muerte a Trujillo! Lo que provocó que aquel buen hombre que venía aún encolerizado tras ellos, contestara: -¿Quién me quiere matar…? Con una voz tan molesta como temerosa. La carcajada fue general.
Lo que tengo presente es que todos los lideres de aquella gesta estudiantil, excepto Álvaro Darío, fueron expulsados. Para esa época, Álvaro ya gozaba de mucho prestigio intelectual, había ganado ya un concurso literario, motivo por el cual Carlos Balaguer le dedicó un artículo en su columna diaria en El Diario de Hoy. Uno de los expulsados fue Maynor Ivan Payes, un compañero chele, delgadito, locuaz, hiperactivo, cuyo padre tenía un taller de carpintería en el Barrio Santa Anita. Payes solía hacer arengas contra el sistema capitalista. Se tuvo que ir a graduar de bachiller al Colegio Jean Piaget.
Eduardo Alfaro un ex cervantino que estudió bachillerato de 1985 a 1987 rememora que a la Sección Femenina los llevaron dos o tres veces durante todo el bachillerato, solo para ciertos actos donde debían reunirse ambas secciones como el aniversario de fundación del colegio o la celebración del nacimiento de Miguel de Cervantes.
Las bromas y los apodos (algunos crueles y otros benévolos) estaban a la orden del día. En primer año a un compañero gordito de apellido Tobar, le decíamos “Guazapa”, municipio de donde era originario. En noveno grado a otro alumno oriundo de ese mismo municipio le decían “Górgola” o “Cara de caricatura mal hecha”.
Algunos compañeros a la salida de los exámenes trimestrales hacían peregrinaje en grupo por los burdeles de la Avenida Independencia, al punto que una trabajadora sexual le dijo a uno de ellos: “Este niño ni tres pelitos tiene en…” Fue así como le quedó de apodo “Tres pelos”. A un alumno espigado, de tez blanca, le decían “Zoltar”, en alusión al cruel villano de la serie animada “Las Fuerzas G”.
El profesor Alas acuñó dos apodos memorables: cierto día un hijo del profesor Miguel Angel Rodas, estaba inquieto y le dijo “comportese ‘Tanate Rodas’” y un compañero alto no se sentaba y le dijo “Siéntese ‘Guliver’”. Daba mucha risa en séptimo grado cuando nos impartía educación sexual en la clase de geometría, y explicaba el proceso de la menstruación.
En el primer lustro de los ochentas del siglo pasado, probablemente la homofobia y el machismo eran más salvajes que hoy, no existían la Declaración sobre orientación sexual e identidad de género de las Naciones Unidas y otros instrumentos que protegen contra la discriminación por la orientación sexual. Pues bien, era vox populi que al apasionado entrenador del equipo mayor de baloncesto, Francisco Chicas, le atraían las personas del mismo sexo. Y ese murmullo afectaba a los jugadores. Cuando los veían luciendo nuevos zapatos deportivos Nike o Adidas, les decían “Chicas te los compró”.
Por otra parte, rememora Lara en su crónica que un grupo de estudiantes le hicieron una protesta a don Filiberto Antonio Trujillo Córdova, Director de la Sección Masculina, por el aumento de los derechos de exámenes trimestrales, que paralizó a todas las secciones, y a la que se unió, un ex compañero del Colegio Externado San José de negrísima melena, que llegó en último año de bachillerato, y que fue diputado, diplomático, el abogado Walter Durán.
Trae a cuenta Lara que con el señor Trujillo dialogaron al inicio, en pleno conflicto, pero su posición era intransigente. Como no llegaban a ningún acuerdo, se levantamos de la mesa -como se dice ahora- y a la salida de su oficina, informaron al conglomerado. Se armó una verdadera trifulca. Ya en las gradas, cuando iban de salida, un chusco gritó: ¡Muerte a Trujillo! Lo que provocó que aquel buen hombre que venía aún encolerizado tras ellos, contestara: -¿Quién me quiere matar…? Con una voz tan molesta como temerosa. La carcajada fue general.
Lo que tengo presente es que todos los lideres de aquella gesta estudiantil, excepto Álvaro Darío, fueron expulsados. Para esa época, Álvaro ya gozaba de mucho prestigio intelectual, había ganado ya un concurso literario, motivo por el cual Carlos Balaguer le dedicó un artículo en su columna diaria en El Diario de Hoy. Uno de los expulsados fue Maynor Ivan Payes, un compañero chele, delgadito, locuaz, hiperactivo, cuyo padre tenía un taller de carpintería en el Barrio Santa Anita. Payes solía hacer arengas contra el sistema capitalista. Se tuvo que ir a graduar de bachiller al Colegio Jean Piaget.
Por gestos vulgares y patanes de compañeros cuando las señoritas visitaban las aulas de varones para anunciar algún evento especial, doña Cristina Marina de Flores, directora de la sección femenina dictó ordenes estrictas de alejamiento para restringir el contacto con las condiscípulas cervantinas.
En lo que atañe a su faceta periodística, Lara narra que don Alfonso Vega Retana, Director General, lo apoyó cuando retomó en 1982, el periódico estudiantil “El Cervantino”, que dirigió y vendió – literalmente- con sus compañeros, por los colegios de la ciudad capital. Los textos del periódico se elaboraban con máquina de escribir manual. El gran avance en 1983 fue que se elaboraron en una máquina eléctrica IBM con tipos de letras cambiables, gran novedad para aquella época.
Al graduarse Lara de Bachiller, la idea es que yo me hiciera cargo del periódico en 1984 (estaba en primer año de bachillerato), me reuní dos o tres veces con el Director Alfonso Vega Retana para tal efecto. Elaboré el machote de un primer ejemplar y se lo presenté a Retana, pero no tuve el financiamiento de la institución para hacer los tirajes. El legado que me quedó de aquella gesta intelectual fallida fue que aprendí mecanografía con un sencillo manual.
Al graduarse Lara de Bachiller, la idea es que yo me hiciera cargo del periódico en 1984 (estaba en primer año de bachillerato), me reuní dos o tres veces con el Director Alfonso Vega Retana para tal efecto. Elaboré el machote de un primer ejemplar y se lo presenté a Retana, pero no tuve el financiamiento de la institución para hacer los tirajes. El legado que me quedó de aquella gesta intelectual fallida fue que aprendí mecanografía con un sencillo manual.
El primer contacto que tuve con Álvaro Darío Lara fue en 1982 cuando hizo una cruzada para recolectar fondos a favor del escultor, Valentín Estrada, el artista que esculpió al indio Atlacatl, que hoy se erige en Antiguo Cuscatlán. Estrada sufría una situación de extrema pobreza y lo estaban lanzando de una casa, porque no podía pagar. Darío Lara fue aula por aula dando una verdadera arenga sobre el desprecio a la cultura de los sucesivos gobiernos y sobre el abandono a sus exponentes. Días después apareció la foto de Lara con Valentín Estrada en un importante rotativo, en la que aparecía la entrega del dinero colectado.
No solo admiraba en Álvaro sus dotes de escritor, sino también sus habilidades relacionales, especialmente la amistad, el cariño y los cálidos abrazos que le prodigaba Florencia Figueroa, una bella y popular compañera de la Sección Femenina, de chispeantes ojos verdes, radiante sonrisa, cabello corto y pantorrillas firmes y gruesas, que lucía preciosa, aun vistiendo el monótono uniforme: la blusa blanca, la falda verde a cuadros, zapatos negros tacón bajo. Solía ser la madrina de los equipos de futbol masculinos y femeninos de BKB y en 1984 fue la Reina de los Deportes.
Gracias al periódico estudiantil “El Cervantino”, también tuve la oportunidad de conocer y tratar al dicharachero, hiperactivo y estrambótico Hugo Rafael Castillo Cañas, quien después se haría famoso al enfundase en la piel de la comediante “Debora Penelope”, que se autodenomina “la sexóloga número uno de El Salvador”. Irrumpió en televisión haciendo dupla con Julio Yúdice alias "La Tenchis", en el programa Telepirata de Canal 12 . Hacia 1983 cursaba Tercer año de Bachillerato Comercial y fungió una época como Jefe de Redacción del periódico, cubriendo las páginas deportivas, sociales y musicales.
Castillo Cañas cobró notoriedad al montarse en la avalancha que provocó a principios de los ochenta el quinteto juvenil Menudo, organizando un grupo de imitadores que hacían fono mímica al que pertenecieron, entre otros, los hermanos Milton y Edwin López, que cursaban en ese tiempo en su orden noveno y séptimo grados en el “Gallinero” (Tercer ciclo del Instituto Cervantes). Sus coreografías y llamativos atuendos eran tan similares a las de los artistas originales que causaban alboroto en donde se presentaban, incluyendo concursos de televisión.
Con el ánimo de echar a andar el equipo que daría vida a “El Cervantino”, visité en su casa a Julio Arita que era un tipo muy carismático e hiperactivo. Fue el encargado de ventas del periódico en 1983, Lara me había comentado que era muy bueno para el mercadeo en los colegios vecinos. Estando en su casa le ofrecí el puesto de “Gerente de Ventas”. Para mi sorpresa voy viendo en la sala de su casa retratos del gran luchador Kali Valdez, (bautizado como "El Gladiador Cuzcatleco", por Miguelito Alvarez), quien curiosamente era el padre de Arita.
El colegio de mi "verano de oro"
ResponderEliminarAmigo, la señora que esta encerrada en el circulo en la foto, ella era la directora de la seccion femenil (Cristina Marina Flores) o es la señora a la par de Alfonso Vega Retana?
ResponderEliminarGracias por la respuesta anticipada.
Tambien, algunos comentarios de las personas en las fotos. Seria muy bueno para tener la historia cmpleta. Gracias
ResponderEliminarPodrias nombrar todos en la foto donde esta el Señor Retana? Gracias
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