Constelación de Divas

Como se estila desde que los medios visuales dominan el espacio: las preciosas, tiernas y emotivas tonadas se combinan con el carisma y la belleza de las interpretes. En mi cada vez mas remota adolescencia cinco divas y un trió femenino me deslumbraban, cual friso de imágenes resplandecientes, literalmente casi cortaban mi voz y mi respiración, aceleraban mis latidos, cuando irrumpían en la televisión: Yury, Lucia Mendez, Lucero, Thalia, Bibi Gaytan y el trío Pandora.   

Comentario a la película de Noé - Eduardo Rivera Larios

Noé

La historia bíblica de Noé, se ha puesto de moda por el reciente estreno de la película que lleva su nombre. Este tema es de suma importancia para nosotros en la actualidad, porque es un impactante ejemplo  de la justicia de Dios.

Todo el relato bíblico de Noé y el diluvio universal puede leerse en unos quince minutos (Génesis capítulos 5: 28-32,  6, 7, 8 y 9); así que para contar una historia de dos horas el guionista ha recurrido a la imaginación y fantasía.

  

Algunos aspectos de la película que claramente difieren con el texto bíblico son:

1.     Noé no era un niño cuando murió su padre Lamec,  tenía 595 años. (Génesis 5:30).

2.     Al arca solo entraron ocho personas: Noé y su esposa, sus tres hijos y sus esposas. (Génesis 7:13)

3.     Dios mismo cerró la puerta del arca (Génesis 7:16)  y estuvo cerrada un año y diez días (Génesis 7:11 y 8:14)

4.     El personaje Noé se ha desfigurado, el era pacifico, no violento como se muestra.

La Biblia señala que en esos días la maldad había llegado a tal extremo, que toda la tierra estaba llena de violencia (Génesis 6: 5, 11, 12 y 13). En contraste, Noé era el único hombre justo y perfecto (Génesis 6:9 y 7:1). El señor  Jesús predijo que cuando el vuelva el mundo estará igual que en los días de Noé (Lucas 17:26).  La maldad se está multiplicando y cuando llegue el límite permitido por Dios habrá juicio universal (Mateo 24:12 y Apocalipsis 18:5-8).

Aprovechemos este periodo de vacaciones para reflexión y arrepentimiento.   

                                                                             por: Eduardo Rivera Larios.