domingo, 16 de junio de 2019

LA VISITA DEL VICEPRESIDENTE RICHARD NIXON A CENTROAMERICA

Por Joaquín Rivera Larios




                                                       
El vicepresidente estadounidense Richard M. Nixon   visitó los seis países de Centroamérica del 12 al 24 de febrero de 1955. En Guatemala llegó el 12 para reunirse con el presidente de facto Carlos Castillo Armas, quien con el apoyo de la CIA fraguo el derrocamiento de Juan Jacobo Arbenz en 1954. En su estancia de tres días visito Quezaltenango y Antigua Guatemala y le dio un espaldarazo a la lucha anticomunista de Castillo Armas.

En la capital chapina la nota anecdótica la protagonizó un niño quien tenía como oficio lustrador y le brindó sus servicios a Nixon. El niño fue identificado como Rodolfo González y se ganó la simpatía del vicepresidente. El pequeño fue fotografiado por reporteros norteamericanos y se estimaba que su imagen le daría la vuelta al mundo.

                                    
                                        
                                               
“Estados Unidos está en la mejor disposición de cooperar para que el gobierno de Castillo Armas realice en dos años, la obra que los comunistas no pudieron hacer efectiva en diez años que estuvieron en el poder”, dijo Nixon en uno de los discursos. Castillo Armas sería asesinado por un soldado el 26 de julio de 1957 al interior de la Casa Presidencial. 



                      
Nixon con Carlos Castillo Armas
                          
El 15 de febrero Richard Nixon fue recibido en el Aeropuerto de Ilopango, por el canciller salvadoreño Guillermo Trabanino.  Se reunió en Casa Presidencial con el presidente Oscar Osorio (Véanse la primera y la segunda foto).En nuestro país visitó un proyecto de viviendas en Santa Tecla, la “Escuela Americana”, en San Benito. En Santa Tecla, recibió las “Llaves de Oro” y fue declarado “Huésped de Honor”.  
                                                                              
                                       Nixon con el canciller Guillermo Trabanino

Visitó el Centro Nacional de Agronomía. Participo en el Homenaje a los Próceres de la Independencia en el Parque Libertad, al tiempo que la “Banda de la Guardia Nacional” entonaba las notas del himno de Estados Unidos y luego el nuestro, Nixon gritó “¡Viva El Salvador!” 
                                                                
                                Nixon recibido por el canciller Guillermo Trabanino                                        
A su arribo a San Salvador Nixon visitó con gran despliegue mediático la Barbería Americana, ubicada en el Barrio Santa Anita de San Salvador (calle al Cementerio), protagonizando así una anécdota que ha sido comentada por décadas. La prensa divulgó la foto de un sonriente Nixon en el sillón, del barbero con el peine y la tijera en plena acción, junto a su esposa con su hijo en brazos. Luego del incidente el propietario del negocio, cambió el nombre a Barbería Nixon y mandó a encuadrar el dólar que el famoso político le dio en pago.


El 17 de febrero Nixon hizo escala en Tegucigalpa para reunirse con el presidente Julio Lozano Díaz y el 19 recaló en Managua para sostener conversaciones con el dictador Anastasio Somoza García. En varias calles de la capital nicaraguense fue rodeado por gran cantidad de gente del pueblo que le solicitaba autógrafos. Con todos ellos se portó amistosamente, dando la mano a todo el mundo.  El presidente Somoza sería asesinado 19 meses después por el poeta Rigoberto López Pérez. 
                                            
                                  Nixon saludado por Anastasio Somoza García

                       Nixon y su esposa Pat en Nicaragua
 
Del 21 al 23 de febrero visitó Costa Rica, donde fue sujeto de multitudinaria bienvenida, fue recibido en sesión solemne en la Asamblea Legislativa, visitó las plantaciones de banano de Palma Sur con el presidente José Figueres Ferrer, celebró reunión con líderes sindicales costarricenses y participó en actividades protocolares. Depositó una ofrenda floral sobre el monumento erigido en homenaje al héroe nacional, Juan Rafael Mora.

                      Nixon y su esposa Pat en Guatemala

La último escala de su viaje a Centroamérica fue Panamá, a la que arribó para reunirse con el mandatario, Ricardo A. Arias el 24 de febrero. Visitó la escuela Zoneita de Balboa, la ciudad de Colón y diversos lugares de la zona del Canal. Visitó la tumba del presidente José Antonio Remón Cantera, quien fue asesinado en un Hipódromo el 2 de enero de 1955 y se reunió con la viuda de éste, Cecilia Pinel. Luego viajó con rumbo a Puerto Rico. 
                                            


Periódico guatemalteco anuncia triunfo de Nixon en 1972

LOS COMIENZOS DE LA PDDH Y SUS DELEGACIONES DEPARTAMENTALES






Por Joaquín Rivera Larios

La PDDH se comenzó a organizar en el despacho particular del primer Procurador, doctor Carlos Mauricio Molina Fonseca, elegido en febrero de 1992, instalándose con un presupuesto de $ 829, 451.43 y luego se le dio un refuerzo de $ 171,428.57. Su ley de creación fue promulgada el 20 de febrero de 1992 y publicada en el Diario Oficial del 6 de marzo del mismo año.

Para la selección de personal, se contó con la colaboración de una empresa consultora. Dicha firma hizo un requerimiento público a través de los periódicos a todas las personas que cumplieran los requisitos establecidos, para que presentaran sus atestados y se sometieran al proceso de selección, que consistía entre otros pasos: entrevista con un psicólogo, pruebas de personalidad y psicométricas, y se les dio a todos los candidatos y candidatas un curso sobre aspectos generales de la Procuraduría y Derechos Humanos.



Abrió sus puertas al público el 27 de julio de 1992. A su inauguración asistió Monseñor Arturo Rivera y Damas, entonces Arzobispo de San Salvador, quien falleció dos años más tarde, Gral. René Emilio Ponce (QDDG), Ministro de Defensa, Ricardo "el Gringo" Valdivieso, Viceministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Alfredo Cristiani, el dirigente indígena, Adrián Esquino Lisco (QDDG), entre otras personalidades.                                       
                                                   


Coordinó los preparativos de dicha inauguración la primera Jefa de Comunicaciones de la PDDH, la bellísima Diana Verónica Ramos, que renunciaría a la institución para irse a trabajar en el área de Relaciones Públicas de Casa Presidencial, durante el gobierno del presidente Armando Calderón Sol, puesto en el que permaneció hasta finalizar la gestión de Tony Saca. Una mujer muy campechana y franca para hablar, yo le decía: "vos por tu belleza y personalidad sos producto de exportación". Y ella me replicaba que por razones familiares, no había aceptado ofertas de trabajo de medios noticiosos internacionales.



En el equipo fundacional figuraron profesionales muy destacados, como el doctor Carlos Mauricio Molina Fonseca (Procurador), Agustín García Calderón (Procurador Adjunto), Anita Calderón de Buitrago, Victoria Marina Velásquez de Avilés, Carlos Gonzalo Cañas, Ruy Cesar Miranda Lupone (en su orden Procuradoras y Procuradores Adjuntos de la Mujer, Niñez, Medio Ambiente y Adultos Mayores). El primer Secretario General fue el licenciado Luis Fernando Avelar Bermudez.

                                        

El primer Procurador, Molina Fonseca, fue viceministro de Trabajo en la segunda Junta Revolucionaria de Gobierno (1980) y luego Procurador General de la República, había recibido formación política en Venezuela con la Democracia Cristiana; el Procurador Adjunto,  ocho años más tarde de la fundación de la PDDH llegó a ser  Presidente de la Corte Suprema de Justicia. La doctora Calderón de Buitrago había laborado en la Procuraduría General de la República, y en 1994 fue nombrada junto a Aronette Diaz viuda de Zamora, Magistrada de la Corte Suprema de Justicia, siendo las dos primeras mujeres en ocupar ese cargo en la historia de El Salvador.


Ahondando en el perfil del doctor Agustín García Calderón, éste nació en Santa Ana, el día 14 de agosto de 1948, fue el primer Procurador Adjunto para la Defensa de los Derechos Humanos (1992-marzo de 1995). Antes de desempeñarse en ese cargo,  fue fiscal, juez de Primera Instancia y catedrático universitario de Derecho, miembro propietario del primer Consejo Nacional de la Judicatura (en representación de los abogados agremiados). También fue magistrado suplente de la CSJ (1997-2000) y presidente de la Federación de Asociaciones de Abogados de El Salvador (1998-1999). 
                                    


En aquel momento García Calderón era un tipo campechano, con mucha proyección social, muy buen contador de chistes. La primera vez, que hablé con él por mi cargo de Delegado Departamental de San Vicente (julio 1993-mayo 1995), me trató de manera muy afectuosa, como si éramos viejos conocidos, y me dijo “siempre que necesite hablar conmigo, entre a mi oficina con toda confianza, para usted no estoy ocupado”. Su carisma y habilidad política lo llevó a ser el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, que más tiempo fungió en el cargo (2000-2009).



La doctora Victoria Marina de Avilés fue nombrada viceministra de trabajo en la primera Junta Revolucionaria en octubre de 1979 y a su renuncia fungió como Jueza de lo Laboral, después sería Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos (1995-1998), Magistrada de la Corte Suprema de Justicia (2000- 2009) y Ministra de Trabajo, durante el gobierno de Mauricio Funes del 2009 al 2011. Posteriormente fue Embajadora de El Salvador en Suiza, Presidente del Consejo Directivo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Secretaria General del Sistema de Integración Centroamericano (SICA).

                                                        


El ingeniero Carlos Gonzalo Cañas, Ingeniero Químico, con Maestría en Desechos Sólidos, ex vicepresidente del CESTA, era hijo del famoso pintor y muralista Carlos Cañas (Premio Nacional de Cultura 2012), renunció a la PDDH para irse a trabajar a la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).



El doctor Ruy Cesar Miranda Lupone, quien murió el 10 de noviembre del 2000, fue Ministro del Interior y Embajador de El Salvador en Nicaragua en los sesenta. En su adolescencia vivió en Nicaragua y fue compañero en el colegio de Pedro Joaquín Chamorro, el Director del reconocido periódico La Prensa. Me comentó una vez que siendo Embajador en el período de la guerra con Honduras (julio de 1969), tiempos en que gobernaba Anastasio Somoza Debayle "Tachito", su amistad con Chamorro permitió que su periódico hiciera coberturas favorables a El Salvador durante ese conflicto. Recuerdo que una vez me reconvino sobre preguntas que yo hacía en eventos, foros, capacitaciones y me dijo "usted siempre hace preguntas con una clara orientación izquierdista".



El licenciado Luis Fernando Avelar Bermúdez,  Secretario General, nacido en San Salvador el 15 de noviembre de 1954,  personifica el primer contacto con un funcionario de alto nivel de la PDDH  que tuve.   Detrás de la fachada de un carácter hosco, se ocultaba un individuo humanitario y con gran espíritu de superación. Abogado graduado de la UES y Administrador de empresas, titulado de la UCA, docente universitario, autor de los libros “Las prestaciones de Seguridad Social” , “Derecho Individual de Trabajo” y “Derecho Colectivo de Trabajo”.

                                        


Me llamó telefónicamente para hacerme la entrevista de trabajo. Me hizo varias preguntas, entre ellas, dos que tengo presentes: que le formulara un concepto de soberanía, para lo cual hice acopio de ciertos resabios de conocimientos que aun conservaba de Teoría del Estado; y  me preguntó si aun estaba vigente  el recurso de consulta contemplado en los artículos 517 y 518 del ahora derogado Código Procesal Penal de 1973, el cual  recién había sido suprimido. Por fortuna ambas las contesté acertadamente.      

El primer Jefe del Departamento de Investigaciones, ahora Departamento de Procuración,  fue José Eduardo Pineda Valenzuela, que había sido Jefe del Departamento de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la República y Fiscal asignado al caso jesuitas junto a Sidney Blanco y Henry Campos, profesional que sufrió un atentado el 30 de julio de 1992, el cual lo dejo cuadrapléjico por seis meses, muriendo al término de ese período.





       
Después llegaría de Jefe de ese departamento, el doctor Santiago Mendoza Aguilar, quien fue Fiscal General de la República en 1985, cuando la Asamblea Legislativa controlada por el Partido Demócrata Cristiano (la famosa "aplanadora verde") destituyó de ese cargo a José Francisco "el Pato" Guerrero, abogado tecleño e importante dirigente de ARENA.





En el segmento de colaboradores jurídicos que laboraron en la PDDH en sus inicios, figuran: Luis Chávez, Maria Soledad Rivas, Mirna Elizabeth Alas, Mirna del Carmen Rojas Marquez, Ana Ruth Minero, Italo Cardona, Noe Medrano, Miguel Vasquez Lopez (compañero fallecido, hermano de Luis Vasquez López, el famoso editor de libros de derecho), Gustavo Joaquin Blanco Castro, Miguel Girón, Romel Sandoval, Roberto Rodríguez Meléndez, Ricardo José Gómez Guerrero, Sandra Angélica Figueroa, Gonzalo Garcia, Pablo Leiva Portillo, entre otros.
                                

La historia de la PDDH es interesante, tantas peripecias que el personal ha pasado, desde que comenzamos bajo la tutela de oficiales jurídicos y policías de ONUSAL allá por 1992, hasta que la Misión Internacional se retiró en 1994. Las tres primeras Delegaciones Departamentales de la PDDH se inauguraron en 1993: Santa Ana (mayo), San Vicente (julio) y San Miguel (agosto). Los tres primeros delegados fuimos: Oscar Humberto Luna, Joaquín Rivera Larios y Hugo Noe García Guevara. Para febrero de 1995 que expiraba el mandato del primer Procurador ya se habían inaugurado las trece sedes departamentales.





Los primeros tres jefes de personal de la PDDH, tuvieron una muerte relativamente prematura. Dos murieron en el ejercicio del cargo, tales son los licenciados Augusto Cesar Hernández, egresado de Psicología de la Universidad Francisco Gavidia y  Tomás Felix Castaneda, era licenciado en Administración de Empresas,  murió en septiembre de 2000. El licenciado Edgardo René Pacheco, que también era psicólogo, falleció luego de haber renunciado durante el mandato de la doctora de Avilés.

                                                                  

Pacheco fue  profesor de educación primaria, graduado de la Escuela Normal Alberto Masferrer en 1958, editó tres obras: Estadística Aplicadas I, Estadísticas Aplicadas II y Metodología de la Investigación, fue también Presidente y Secretario  de la Junta de Vigilancia de la profesión en Psicológica. Hernández, trabajó en el Instituto Geográfico Nacional. Tomas Felix Castaneda fue gerente del extinto Instituto Regulador de Abastecimientos (IRA) y encargado de asuntos administrativos de la Escuela Militar Gerardo Barrios y de la Primera Brigada de Infantería.                                                       

                            

                                

domingo, 2 de junio de 2019

EL CULTO A PERSONAJES CONTROVERSIALES




Por Joaquín Rivera Larios



El primer acto relevante mediáticamente del gobierno del presidente Nayib Armando Bukele, fue ordenar a la Fuerza Armada que se le suprima el nombre del teniente coronel Domingo Monterrosa Barrios a la Tercera Brigada de Infantería, oficial culpado como el responsable de la Masacre de El Mozote. Y de inmediato se escuchan voces atacando al FMLN, porque en diez años no lo hizo.

Es curioso, pero la bella ex Miss El Salvador, expresentadora de TV y diputada de ARENA, Milena Mayorga, que se ha mostrado en los medios afín a Nayib Bukele fue atacada en las redes por rendir tributo a la memoria de Monterrosa en agosto de 2018: “Existen personas que nunca mueren, pues se convierten en mitos y leyendas. Hoy se celebra el natalicio del Coronel Domingo Monterrosa”, escribió la diputada tricolor en su cuenta de Twitter. La frase fue acompañada con una imagen del militar quien comandó el Batallón Atlacatl.

                                    



El 7 de mayo de 2017, con motivo del Día del Soldado, cuando la elegante expresentadora aun no era diputada, divulgó: “recordando a un héroe que dio su vida por la Patria. Coronel Domingo Monterrosa siempre al frente de la batalla”, publicación que desató varias reacciones. Para muestra un botón, esto demuestra que el coronel Monterrosa tiene seguidores en la sociedad civil.

Aunque la gran mayoría de oficiales de alta ingresaron a la Fuerza Armada después de los Acuerdos de Paz, aún existen muchos coroneles y clases que sí participaron en el último lustro de la guerra. Y muchos oficiales retirados dan clases en distintas escuelas de la institución armada. Es decir que la gran mayoría de militares en servicio activo se formaron en la posguerra, pero tienen en su conciencia  visiones y percepciones que vienen de la guerra por influencia de sus superiores, la vox populi, por ser descendientes de oficiales y clases, entre otras razones.
                                        


Tengo la impresión que en el quinquenio de gobierno de Sánchez Cerén, fue una ofensa para algunos jóvenes cadetes recibir el sable de subteniente de un comandante que perteneció a un bando que fue enemigo de la institución castrense. De esta perspectiva fue inteligente y prudente que los gobiernos del FMLN no suprimieran el nombre del coronel Monterrosa de la guarnición militar, porque de hacerlo hubiesen avivado rencillas.

Cuando he hablado con oficiales sobre sus héroes modernos, regularmente me citan tres: el general Maximiliano Hernández Martínez, el coronel Oscar Osorio y Domingo Monterrosa Barrios. Este último es el héroe por excelencia de la guerra civil. Muchos no saben, pero la última vez que el gran responsable de la masacre de 1932, el general Martínez visitó el país en julio de 1955, recibió homenajes del gobierno de Oscar Osorio, incluso éste fue a despedirlo al Aeropuerto de Ilopango cuando se marchó.
                                                        


Al respecto comparto la opinión de muchos salvadoreños, que los monumentos dedicados a líderes guerrilleros, militares, deberían ser dedicados a filántropos, deportistas, escritores, músicos (me gustaría ver una estatua de Chirajito, Alvaro Torres, Mágico González, Aniceto Porsisoca), siento que un líder militar o guerrillero, fogueado al calor del combate, por bueno que haya sido, es culpable de muchos crímenes. Son figuras que polarizan, dividen e impiden la reconciliación de la sociedad.

Pero cómo reprogramar la mente de mucha gente que idolatra a Shafick Handal, a Roberto d’Aubuisson, a Domingo Monterrosa Barrios, hasta a Salvador Cayetano Carpio y Mélida Anaya Montes. Aunque se promulgue un decreto de ley que prohíba rendirles homenaje, mucha gente les va a seguir guardando reverencia. Es un tema de psicología social que no se puede resolver de un plumazo.

                                                

Quizá no sea casual que Domingo Monterrosa, Sigifrido Ochoa Pérez (a quien se le vincula en la masacre de Santa Cruz, Sensuntepeque, Cabañas, ocurrida en noviembre de 1981) y Roberto d'Aubuisson hayan egresado en la XXXIII promoción de la Escuela Militar Gerardo Barrios el 12 de noviembre de 1963.

Cuando laboré en la Fiscalía General de la República, había un compañero de apellido Magaña, que le decían el Menor, porque cuando murió el mayor d’Aubuisson, lloraba amargamente. Su pena fue objeto de comentarios jocosos. Cuando conversé con él al respecto, me dijo: “Estos c...no saben la magnitud del hombre que ha muerto, fue el hombre que salvó al país, el que sacó a los ricos que estaban temblando debajo de la cama... el que hizo que los ricos volvieran a creer en El Salvador...el que salvaguardó el sistema de libertades, frente a la agresión comunista...”

                                                

En 2004 apareció publicada en serie la investigación “Mayor Roberto d’Aubuisson. El rostro más allá del mito” (La Prensa Gráfica), bajo la autoría de Giovani Galeas, ex militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), a quien se acusó de quererle limpiar la cara al fundador de ARENA, pretendiendo distorsionar la historia y convertir a un héroe de la derecha en un héroe mítico nacional, a partir de opiniones recolectadas con aviesas intenciones. Y con ello se pasaba por alto o se ponía en tela de duda que su anticomunismo lo llevó a abrazar prácticas indignas que legitimaban el dolor e inclusive la muerte de otros seres humanos.
                                                    
                                                


Y en esa línea de reprobación a la referida figura histórica, el Faro.net publicó opiniones inéditas del Padre Ignacio Ellacuría, que forman parte de recientes hallazgos, en los que calificaba al Mayor de ser un “Hitler de bolsillo”. En los escritos descubiertos se encontró un calificativo aun más contundente: “El menor D’Aubuisson es un psicópata. Y como psicópata amenazó ayer derramar la sangre ajena para salvar al país”.

Por otro lado, cabe traer a cuenta al  teniente coronel Domingo Monterrosa Barrios, Comandante del temible Batallón Atlacalt, un personaje que simultáneamente presenta un lado luminoso de líder icónico, guerrero aguerrido, benefactor, padre espiritual para sus subalternos y un lado tenebrosamente oscuro por haber estado involucrado en la peor masacre de la guerra civil salvadoreña (la masacre del Mozote), que dejó una terrible estela de 950 personas muertas. De éstas 511 eran del sexo masculino y 430 del sexo femenino. Un total de 257 víctimas eran niños (134 niños y 123 niñas).                        
               

 
                                          
En la red encontré un artículo titulado “Liderazgo Militar: Lecciones del TCnel. Domingo Monterrosa Barrios” y me parece apropiado citar algunos atributos que se trazan sobre su conducción: trabajaba el aspecto espiritual de sus subordinados, potenciaba la capacidad técnica, elevaba la moral combativa, mediante diversos estímulos (fiestas, celebraciones), celebraba las victorias en espíritu de camaradería. Daba el ejemplo. Pasaba la mayor parte del tiempo al lado de sus unidades durante operaciones militares que usualmente oscilaban entre 15 y 40 días.

Se puntualiza que Domingo Monterrosa predicó al máximo un principio fundamental al momento de comandar unidades militares: promovía la presencia de guías espirituales para todas aquellas actividades desarrolladas en las instalaciones militares (misas, bautizos, bodas). Dedicaba el tiempo necesario para explicar a sus subordinados la causa de la lucha. Su guía siempre fue la misión de la Fuerza Armada, sustraída de la Constitución de la República de El Salvador.

                                                  

 
                    
Reseña la nota que se preocupaba por la salud y las necesidades de sus subalternos. Lo que a éstos les impactó fueron las constantes visitas que él hiciera a los heridos en el Hospital Militar, actividades que eran amenizadas por mariachis y cómicos, quienes brindaban un momento de alegría y distracción a los heridos en recuperación.

El mayo de 2012 conocí en Guatemala a un oficial de la Fuerza Naval chilena y me contó que él se puso su uniforme de gala, para ir a rendirle tributo al general Augusto Pinochet Ugarte, cuando murió, pese a que la Presidenta Michel Bachelet, había prohíbido todo homenaje. Me dijo: “No me importaba que me dieran de baja, pero yo no podía faltar al funeral”. Cuenta este oficial que cuando llegó a Francia le dijeron:” Necesitamos un Pinochet que salve Francia”.

                              

Me imagino que un cuarenta por ciento de la población chilena, ve a Pinochet como “el salvador” del país. Lo grave de esto es que se ignoran las víctimas (muertos, desaparecidos, torturados, encarcelados) de estos regímenes dictatoriales: el primero que recuerdo es el cantante folklorista, Victor Jara. Idolatrar a un caudillo de este tipo, es una afrenta a las víctimas, aunque hayan llevado a su patria progreso económico, social, tecnológico.