sábado, 19 de octubre de 2019

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN EL ÁMBITO SINDICAL

Por Joaquín Rivera Larios



La libertad de expresión es garante y promotora de los demás derechos, sin ella no se puede llegar a la verdad material de los hechos. Liu Xiaobo, defensor de los derechos humanos y Premio Nobel de la Paz en 2010, dijo: “La libertad de expresión es la base de los derechos humanos, la raíz de la naturaleza humana y la madre de la verdad. Matar la libertad de expresión es insultar los derechos humanos, es reprimir la naturaleza humana y suprimir la verdad”.


Es importante la libertad de opinión, incluso el ánimo de debatir y contra argumentar, son actividades propias del pluralismo, la diversidad y alimentan el juego democrático. Ver la crítica en sí misma como una falta de respeto, es una forma de intolerancia y una actitud antidemocrática que ahoga el pluralismo, irrespeta la diversidad y la identidad de las personas y sectores.

                                                 
                        

Las libertades de expresión y reunión, los derechos de acceso a la información, de criticar, denunciar, discrepar, son garantías y facultades esenciales que nutren la vida democrática. La libertad de expresión comprende la de buscar, recibir y difundir ideas e informaciones de toda índole.

Para que el libre juego de las ideas sea fructífero y útil, coadyuve a fortalecer las organizaciones y a mejorar las relaciones laborales, es importante que tanto la Junta Directiva en su relación con el Titular de la institución como los afiliados hacia los organismos del sindicato, aporten crítica inteligente, fundamentada, propositiva, enmarcada dentro de la legalidad y el profesionalismo, basada en información fidedigna  y proponer acciones que puedan mejorar las situaciones imperantes.

                
                                                                                  
                                                                        

De ahí que la libertad de expresión debe ejercerse con responsabilidad y prudencia. Responsabilidad en el sentido de que no puede ejercerse de una forma que transgreda derechos fundamentales de otras personas y prudencia en el sentido que lo que se expresa debe tener como parámetro la verdad real.

Entre los preceptos que establecen límites a la libertad de expresión figuran el artículo 6 de la Constitución, 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y IV de la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre. Por su parte, el Código Penal establece los delitos de calumnia, difamación e injuria, tipificados y sancionados en su orden en los Arts. 177, 178 y 179. Está vigentes también la Ley de Reparación del Daño Moral y Ley Especial del Ejercicio del Derecho de Rectificación y Respuesta.

          
                            
                 
De tal manera que el ordenamiento jurídico establece restricciones a la libertad de expresión, de las que se desprende el deber de no afectar el honor, la vida privada y familiar, el orden, la salud y la moral públicas, de no alentar el odio racial o religioso.

En tal sentido, hay libertad de expresión, pero debe ejercerse dentro de la legalidad, la ética y la buena fe. La democracia también tiene reglas, tiene valores, principios. Si la libertad no se ejerce en un marco ético, las cosas se degeneran, se puede agudizar la discordia y avivar conflictos innecesariamente.

                                              
 
                                                 
                                                                        
El artículo 77 letra b) de la Ley de Servicio Civil y 5 letra a) de los Estatutos del Sindicato de Empleadas y Empleados de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador (SEPRODEHES) obligan al sindicato a denunciar el incumplimiento a los derechos laborales y las irregularidades en la aplicación de la ley. Y es importante que las denuncias que se plantean en los boletines y ante instancias legales, se fundamenten adecuadamente en los planos fáctico, jurídico y probatorio.                                                                                                                               

                                                                                                             El licenciado Carlos Joaquín Solorzano Padilla, dirigió nuestro sindicato desde el 12 de marzo de 2017 hasta el 11 de marzo de 2020  y bajo su gestión se promovieron denuncias en la Corte de Cuentas de la República, Tribunal de Ética Gubernamental, Fiscalía General de la República, Ministerio de Trabajo y se activaron al menos dos procesos constitucionales: uno de inconstitucionalidad por el cierre de las delegaciones locales y otro de amparo por violación del derecho de petición y respuesta. Y el compañero Secretario de Comunicaciones, Guillermo Antonio García Bernabé, presentó una acusación por calumnia contra la entonces Procuradora, tal como lo reveló el boletín número 5 del 19 de septiembre de
 2018.                                                                                
                                                                            

    
                    

La Junta Directiva de SEPRODEHES repara en el boletín número 8 del 1 de octubre de 2019 la conducta de empleados que a su juicio consideran pro patronales que asistieron a eventos de despedida de la anterior titular y se tomaron fotos con ella, expresándole muestras de afecto. Es importante al respecto señalar que nuestro sindicato ha sufrido en diversos momentos críticas y ataques de empleados desde una perspectiva pro patronal. Muchos se han desafiliado, desacreditando el trabajo sindical. Así como los directivos y los miembros de los organismos de control de nuestro sindicato deben estar alíneados y ser leales a la clase trabajadora, los afiliados deben tener también conciencia de clase.

En el sindicalismo debe existir libertad, pero en un ámbito de lealtad con la clase trabajadora y con los valores, principios, ideales que rigen la organización. Si abrimos las puertas de par en par a la deslealtad, en poco tiempo lo que podemos tener es una organización desmantelada por la injerencia de quienes a toda costa buscan dividir a la clase trabajadora.                                                                        

                                                                              
                          
                                                                
Es decir el abuso de las libertades incontroladas, puede servir para socavar nuestra organización. El artículo 56 de los Estatutos de SEPRODEHES, ubicado en el Capítulo VI, establecen como causales de expulsión, entre otras: a) prestarse a maniobras patronales; b) labor de separación o disolución entre los afiliados; e) traición al sindicato.                                             


Uno de los problemas que enfrenta cualquier sindicato es que los funcionarios suelen ver las criticas como faltas de respeto y las denuncias como ataques alevosos. Es bueno traer a cuenta que la Sala de lo Constitucional en el amparo 375-2011, del 23 de enero de 2015 resolvió: “Los funcionarios deben tolerar, en mayor medida que los particulares, informaciones-producto del ejercicio responsable del periodismo investigativo-que puedan implicar afectaciones a su honor, especialmente las relacionadas con irregularidades en las que se señala su posible participación”. Así lo expuso la Sala cuando desestimó una demanda que interpuso Rafael González Garciaguirre, ex director interino de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP).






Señala la sentencia en cuestión: “Si bien los funcionarios públicos son titulares del derecho al honor, la protección de éstos respecto del referido derecho tiene un carácter más débil en comparación con la que se concede a los particulares. Ello obedece a que las referidas autoridades están sujetas al escrutinio público y a las críticas provenientes de los diferentes sectores de la población en torno a sus decisiones y a la manera en que ejercen sus funciones y administran los bienes del Estado. Estos aspectos, por ser de interés público, se insertan en el debate, el cual es un mecanismo de control de los ciudadanos frente al poder”.

viernes, 18 de octubre de 2019

CECILIA RUBIO: UNA LUCHADORA QUE DEJA EL ALMA EN UNA TRINCHERA


Por Joaquín Rivera Larios

                                        


La lucha sindical no es para espíritus débiles, que se evaporan al menor movimiento de aguas bravas, que se amedrentan fácilmente por las múltiples acechanzas que se ciernen sobre el movimiento social, que se atribulan ante la guerra psicológica que suele acompañar las acciones de presión. En ocasiones hay que saber moverse en un cesto de serpientes y tener un sexto sentido para detectar las fuerzas subterráneas que nutren algunos movimientos. Y la señorita Rubio por su trayectoria y experiencia tiene ese especial discernimiento.

La señorita Rubio, con todo el respeto que merece, no tiene una instrucción amplia, pero proyecta cualidades valiosas: tiene temple, sabe alternar la lucha con la diplomacia en la tortuosa relación con las autoridades, está dotada de un sexto sentido para discernir las causas reales de las aparentes de los problemas que se abordan, le asiste una experiencia burocrática que le permite conocer ciertos manejos de la cosa pública. Ha tenido una militancia política que le ha permitido descifrar el perfil psicológico de quienes detentan el poder y procura estar bien informada.

                                                                            
       
Los psicólogos dirían que su temperamento es colérico sanguíneo, pues su carácter es fuerte y por momentos se desborda, pero lo dosifica en coyunturas que demandan habilidad diplomática. Gracias a sus buenas relaciones con figuras claves, la Junta Directiva 2014-2015 accedió a valiosa información que nos permitió direccionar mejor la lucha, sobre la base de datos fiables. En las coyunturas en que las conversaciones con los funcionarios subieron de tono, Cecilia Rubio supo mantener un carácter mesurado y conciliador.

Advierto en ella un espíritu de honradez y solidaridad muy acentuado. Se opuso terminantemente a que la Junta Directiva 2014-2015, adquiriera eventualmente refrigerios para sus miembros de los fondos de la organización. Y fue celosa guardiana de la austeridad del gasto. Asimismo, en situaciones económicas apremiantes que aquejaron a algunos directivos, les extendió su mano generosa. Y esa misma generosidad se extendió al dialogo con las autoridades, en el que procuró de forma muy diplomática y sutil gestionar los mayores beneficios posibles para la clase trabajadora.
                                                                
                                                         
                                                 
              
Está dotada de un peculiar sentido del honor y la ética. Censuró verbalmente y a través de las redes sociales, el accionar de algunos compañeros, particularmente del sector transporte,  que propugnaron la separación de ciertos miembros de la Junta Directiva 2014-2015, promoviendo una Asamblea General Extraordinaria, en la que al parecer pretendían la destitución de directivos al margen de las garantías del debido proceso. Asimismo, reprendió con severidad lo que ella consideró actos de deslealtad al interior de la Junta.                                                                                                                                                      
                                                                          
Por una demora lamentable en la entrega de las gorras con el logo de SEPRODEHES, para ser repartidas en la Asamblea General Ordinaria del 25 de febrero de 2015, se desveló la noche entera en el local sindical, preparando la bolsita que se le entregaría a los afiliados con un llavero. Asimismo, puso el hombro en la logística del Día del Sindicalista y del Defensor de los Derechos Humanos, desarrollado el 24 de octubre 2014 y se entregó de lleno en el montaje de cada uno de los eventos que desarrolló la Junta Directiva 2014-2015.

Hacia el año 2016, Cecilia Rubio era miembro de la Comisión de Hacienda de nuestro sindicato, junto a Eriberto García Alfaro y Rosalío Amaya y por cumplir su rol sufrió fuertes y despiadados ataques, entre ellos amenazas de procesarla por difamación y expulsarla de la organización, incluso por hombres que se rasgaban las vestiduras de defender los derechos de la mujer. 
                                                            


Enfrentó con estoicismo la férrea hostilidad de algunos directivos en el 2016 que pusieron irracionales e ilegales reparos a la entrega de las copias certificadas de facturas y recibos que amparan los gastos del sindicato, cuando ella estaba cumpliendo con las atribuciones contempladas en los artículos 44 y 45 del Reglamento Interno de SEPRODEHES que facultan a la Comisión de Hacienda para hacer auditorías.


Cecilia Rubio es una ciudadana de a pie, no es poseedora de un discurso florido y fluido, no atesora saberes complejos, pero es alma, corazón y vida para la lucha sindical. Cuando otros claudican, ella prosigue. Persigue con vehemencia las metas, tiene un sentido del logro y creo que seguirá batallando con pasión, desde la trinchera que sea, como directiva, como Secretaria de Finanzas, como miembro de la Comisión de Hacienda del sindicato o como afiliada, porque es una luchadora social nata.




miércoles, 16 de octubre de 2019

LA EDUCACIÓN SINDICAL DEBE SER LIBERADORA Y TRANSFORMADORA

Por Joaquín Rivera Larios 



Gracias a una gentil cortesía de mis compañeras Lucenia Polanco, Yeny Acosta y Diana Gómez, asistí al emotivo e ilustrativo acto de Clausura del Diplomado en Liderazgo Sindical, denominado "II Taller de Formación de Promotores (as) en educación sindical 2014", impartido por la Universidad de El Salvador que tuvo lugar el 27 de diciembre de 2014. Todas las participaciones de los expositores estuvieron saturadas de sabiduría, practica y cognitiva. 

Entre las frases célebres que se dispararon a granel en dicha clausura, hubo muchas de Paulo Freire, sobre educación liberadora y transformadora, pero me llamó mucho la atención un pensamiento de la profesora de arte clásico inglés, Sorcha Carey: “No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir”. La sabiduría y conocimiento son cualidades imprescindibles para conducir con acierto la lucha sindical. 
                                                        

                        
                                                                
Una educación que empodere a los habitantes en la defensa de un nivel de vida digno no conviene a los grupos de poder, en ese sentido me estremeció un pensamiento del comediante y actor estadounidense George Carlin que se citó en el evento: “Los gobiernos no quieren gente informada, bien educada, capaces de pensamiento crítico. Eso va en contra de su interés. Quieren trabajadores obedientes, personas que solo sean inteligentes para hacer funcionar las máquinas y hacer papeleo. Gente pasiva y sumisa.” 
                                                                    

Los empleados y empleadas somos personas que vendemos nuestra fuerza de trabajo, sea física o intelectual, por ende carecemos de medios de producción. Tenemos intereses sociales y económicos comunes que defender. Enfrentamos un sistema político y económico adverso dominado por la globalización, que genera una gran movilidad de capitales, y por lo tanto inestabilidad en los empleos y trabajos no decentes.

Es preciso contar con una sociedad bien informada, capaz de cultivar un pensamiento crítico que permita apalancar los cambios sociales que nuestro país demanda. Solo a través de la educación se puede lograr un movimiento sindical unido, bien organizado, que actúe con profesionalismo y ética. 

Debemos procurar no solo conquistas materiales, sino también la elevación cultural, profesional y social de nuestros sindicatos y consecuentemente mejorar sustancialmente su capacidad propositiva.  En otras palabras, la lucha no debe limitarse a incrementar salarios u otras prestaciones, si no a procurar el desarrollo integral del ser humano y a mejorar los servicios que prestan las instituciones.      



La educación sindical contribuye a fortalecer nuestras organizaciones y éstas con su accionar contribuyen a lograr la igualdad social, la igualdad de oportunidades, el Estado de bienestar, aminorar la pobreza, mejorar distribución de la renta, asegurar la vigencia de los derechos laborales, etc.

La educación y la cultura deben masificarse y propender al cambio social, a transformar un orden injusto que propicia inequidad y pobreza. Los derechos sindicales tienen avances y retrocesos. En el sector privado el sindicalismo es sumamente débil, en algunos sectores de la economía es inexistente y esa carencia de organización se ve reflejada  en las magras prestaciones que perciben estos segmentos de trabajadores. 

                                                                        



Hay que potenciar la formación de las bases y la preparación de nuevos dirigentes, porque uno de los grandes debilidades es la falta de cohesión de las bases y su falta de compromiso con los ideales y de involucramiento en la lucha.  Es menester fomentar la conciencia social,  que se entiende como la capacidad que tenemos  para percibir, reconocer y comprender los problemas y las necesidades que tienen las personas de nuestra comunidad, entidad o grupo social.

El sindicalismo es una herramienta para mejorar las condiciones de vida de grupos desfavorecidos y vulnerables, pero tenemos que buscar  organizaciones más democráticas, participativas e incluyentes,  profundizar la ética sindical para que eche raíces en la conciencia colectiva, aprender a construir una visión compartida que posibilite la unidad de acción. En tal sentido, la educación sindical es una vía que nos puede conducir a la justicia social.

                                                        
       
                                                                       
Debe enseñar a pensar, a construir conocimiento no solo a reproducir, debe estimular los sueños y esperanzas y debe apalancar la liberación del ser humano de diversas formas de servidumbre que impiden su plena autorrealización. El educador brasileño  Paulo Freire escribió: “Enseñar no es transferir conocimiento es crear la posibilidad de producirlo”.
                                                              

                                                                             

La lucha sindical es imperiosa, sin ella no hay cambios que dignifiquen a la clase trabajadora. Debemos actuar con conocimiento, inteligencia y firmeza, conscientes que estamos defendiendo derechos adquiridos. Para defender adecuadamente los derechos hay que estudiar detenidamente su contenido, sus alcances y los procedimientos que hay que activar cuando son conculcados. Aferrados a la ignorancia es imposible hacer un trabajo sindical efectivo. Incluso promover reformas a leyes, reglamentos, instructivos injustos que tienden a restringir o transgredir los derechos de la clase trabajadora, consagrados en la Constitución y Tratados Internacionales.                                                                                
                                                                             
                                                              
La lucha requiere preparación, organización, táctica, persistencia, pero sobre todo hay que tener sed de victoria. Interiorizar que vamos a una batalla y que la victoria no tiene sustituto. Necesitamos articular un equipo que comparta esos valores, y que sepa convertirse en la esperanza de nuestros afiliados y afiliadas que anhelan profundamente un minimum vital.

Una de las mejores formas de superarse es la autoformación, y hay que ver los grandes referentes del sindicalismo, como el argentino Agustín “el Gringo” Tosco(1930-1975), ávido lector, incansable luchador, líder del Sindicato Luz y Fuerza de Córdova, Argentina. Uno de los autores que más lo influenció fue el escritor positivista José Ingenieros, autor de “El Hombre Mediocre y “Fuerzas Morales”.   
                         
  
                                             
                                                Tosco dio gran importancia  a la búsqueda de la autosuperación, siendo una de sus más célebres frases que «las victorias más importantes y valiosas son las que se obtienen sobre las propias debilidades». "El gringo", denunciaba lo que él llamaba "burocracia sindical", refiriéndose a los sindicalistas que hacen alianzas con quienes detentan el poder y viven de los privilegios y prebendas que éstos les dan, renunciando a la verdadera lucha por la dignificación de la clase trabajadora.

Solo educación crítica, liberadora, transformadora, que parta del análisis de los problemas que nos aquejan y de propuestas de solución a los mismos,  puede asegurar un movimiento sindical fuerte, unido, profesional, ético, bien encauzado, que tenga el poder para enfrentar al sistema injusto que nos gobierna y que impone a los trabajadores y trabajadoras reglas del juego adversas. Al respecto Paulo Freire dijo: "Lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer".




martes, 15 de octubre de 2019

CLAUDIA LORENA: UN DECHADO DE FE Y CARÁCTER




Por Joaquín Rivera Larios

Me preguntó qué fue lo que encendió la chispa inicial con ella. ¿Qué rasgos o atributos generaron la atracción? Creo que nos enamoramos cuando encontramos a alguien que coincide con nuestro prototipo ideal, cuando detectamos en nuestro entorno un ser que reúne los rasgos físicos o de personalidad que más admiramos o anhelamos. Cotejamos las figuras femeninas que nos encantan y yacen en nuestro círculo cercano, con las divas que más nos cautivan en el cine o en la televisión.

¿Cómo conocí a Claudia Lorena? El primer cruce de miradas y palabras fue una mañana de 1993, quedé prendido de sus gestos, de su timbre de voz, de su tez blanca, su sonrisa, de la amenidad de su conversación, percibí que su imagen bien cuidada era más típica de la empresa privada que de las oficinas gubernamentales. Su aura me inquietaba, como toda belleza que sobresale del común denominador, genera esa contradictoria sensación de deleite y perturbación. En aquella época ella cursaba estudios de mercadeo, de ahí que asocio su imagen con el marketing y no dudo que sobre este fascinante mundo giraron nuestras primeras conversaciones.

                                                        

                
                                                        
Se amotinan en mi mente los momentos fugaces que departí con ella en la oficina, con motivo de visitas que realizaba para recibir instrucciones de trabajo, presentar informes o retirar documentos. Nos separaba físicamente un escritorio y nos inhibían las condiciones mismas que impone un despacho. Los hombres solemos asociar mentalmente la belleza, y desde mi prisma Claudia Lorena integraba una élite chicas atractivas, de esas selectas que atraen miradas de admiración y provocan suspiros. Cincuenta y cuatro kilómetros de distancia entre un puesto de trabajo y otro generaron una barrera.                                                
                                            

Uno de los instantes cumbres de mi desencuentro con Claudia fue en la fiesta institucional que se celebró en diciembre de 1993 en el entonces Hotel Presidente. Era sin duda la chica más bella de la fiesta, lucía en una mesa circular con sus compañeros de unidad, se veía esplendente, inmediatamente monopolizó mi atención y desestabilizo mi ánimo, los demás asistentes fueron una nota marginal. Tomé valor y la invité a bailar pero ella no aceptó. Ante su negativa, bailé con la chica de la fiesta que más se parecida a ella. Al no tener el privilegio de alternar con la más atractiva el brillo del festejo se nubló y opte por retirarme prematuramente dominado por un sentimiento de frustración e impotencia.

                

                                                            
Hacia 1994 el corazón me dio un vuelco al verla esperando su primera bebe, fue como una ilusión que se desvaneció. Sentí que el destino hizo añicos la esperanza de una eventual relación. Dos años y meses después vendría su segunda hija. Parecía que las cartas estaban echadas. Pero las contingencias de la vida me darían una segunda oportunidad: Claudia Lorena fue mi instructora en un curso de informática relacionado con el ingreso de denuncias. En el marco de la capacitación, charlamos sobre nuestras vidas, compartimos penurias y esperanzas, me habló de su matrimonio alicaído y advertí que ya no lucía radiante como cuatro años atrás, y le sugerí que debía recuperar el esplendor que la había caracterizado.

No podría dimensionar el efecto de mis palabras, pero los cambios en su imagen no se hicieron esperar: vestidos ajustados, minifaldas, maquillaje adecuado y peinados, que destacaban, una mirada radiante, las chica que los avatares habían marchitado, había de pronto recuperado el brillo e irradiaba una esplendida energía.
                                                                    
                                                                            



                                                                           
La primera salida a almorzar fue a Mr. Donut, me habló de sus padres, de su hermano Frank Perikles, fallecido en condiciones no esclarecidas, pero cuya perdida le generaba una profunda melancolía. Luego la tarde de un sábado de febrero de 1998 fuimos al Colegio Bautista de San Salvador, a la celebración de los setenta y ocho años de un plantel que nos despierta entrañables recuerdos por habernos cobijado en el apogeo de nuestra juventud.

Nuestro muro en Facebook revela nuestra personalidad. Me detengo en la foto de perfil de Claudia Lorena y noto que contiene un elemento de sorpresa, ya que su rostro con una ligera sonrisa aparece de improviso detrás de un pórtico. La belleza exterior nos invita a escudriñar la belleza interior, le da ilusión, encanto a la vida, ilumina el entorno. He aquí una belleza que atrae, pero también enamora y que además, perdurará, porque cultiva sus dones.

                                                                        



                                                                  
El tema de las desigualdades de género y de la infra valoración de la mujer, genera fuertes resistencias, en principio porque se tiende a invisibilizar el problema. Claudia Lorena lo sabe y por eso se sumerge en la palabra. Pasa noches de insomnio hurgando ideas para fortalecer sus argumentos, equilibrando posturas para sortear la oposición que los participantes suelen plantear en los procesos de formación, imprimiéndole al abordaje de los temas la correspondiente dosis de sutileza, prudencia, equilibrio, respeto a la discrepancia. Cada jornada se vuelve un desafío y ella como sembradora abriga la esperanza que el mensaje caerá en tierra fértil. Al comienzo de uno de estos eventos publiqué un mensaje en su muro de Facebook:

“Te deseo un gran día, que sea de abundante siembra en el ánimo de los participantes de un nuevo modelo de relaciones interpersonales, fundado en la dignidad y valía del ser humano, con énfasis en el respeto a la población femenina. No cabe duda que tu participación contribuirá a una atención más cálida a quienes acuden en demanda de justicia y a una mejor interrelación entre los integrantes de los equipos de trabajo. Que el entusiasmo y buena vibra de los asistentes siga nutriendo tu espíritu de superación. Roberto L. Stevenson: ‘No midas el éxito por la cosecha de hoy. Mide el éxito por las semillas que plantas hoy.'”



Valoro que la recepción positiva del mensaje que Claudia Lorena transmite, estriba en el rigor técnico, la riqueza de información, el lenguaje positivo asequible a los participantes y el enfoque poliédrico o multidisciplinario que le inyecta a los temas, de tal modo que a los argumentos legales, se suman los económicos, sociales, psicológicos, etc., que permiten construir un planteamiento más convincente e integral de los fenómenos.

                                                    

Pero su éxito no solo descansa en la fuerza persuasiva del mensaje, sino también en otros atributos de los que Claudia Lorena hace gala: su prestancia, gestos, tono de voz, empatía, su carisma y su singular belleza. Y es que no solo es importante el mensaje, sino también los atributos inherentes al que comunica.                                                                 
                                                 
                                                            
El 13 de mayo de 2013 estuve en una interesante conferencia impartida por Claudia Lorena en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO), sobre el Liderazgo de la Mujer con responsabilidad social, exposición en la que destacó que la mujer debe preparase, incluso de manera autodidacta, para asumir su rol protagónico en la transformación de la sociedad, a fin de superar las profundas desigualdades entre hombres y mujeres en materia económica, política, social, laboral, de modo tal que logremos una sociedad más justa y equitativa. Tuve el privilegio de presenciar este evento con mi hijo, Joaquín Eduardo, quien no dudo que al igual que yo se sintió orgulloso de la exposición de su madre.